Martxelo Díaz Periodista
Escocia, Flandes..., ¿fuera de la UE?
El mantra del PP y del Gobierno español de que si Catalunya y Euskal Herria consiguen acceder a la independencia iba a suponer el caos económico y su expulsión de la UE se ha caído con todo el equipo. Al margen de que no ser miembro de la UE puede ser interesante para no tener que depender de los intereses del euro y de los mercaderes, las noticias que llegan de Europa habrán obligado a más de uno en los despachos de la calle Génova a renovar sus argumentarios.
Escocia va a celebrar un referéndum de independencia en 2014 y a nadie en la Royal Army se le ha ocurrido decir que va a mandar a un general a Edimburgo o a Glasgow para abortar la votación. Es más, el primer ministro británico ha dado el visto bueno a que los escoceses puedan decidir el futuro de su país en las urnas. En el Estado español ejercer este derecho supone colocarse fuera de la ley. A nadie se le ha ocurrido en Inglaterra salir diciendo que van a poner aduanas en Newcastle o en Carlile y que los escoceses no van a poder pagar sus pensiones.
Y por si fuera poco, el N-VA -una formación que ha mostrado en repetidas ocasiones su apoyo al proceso vasco y ha denunciado, entre otras cosas, las ilegalizaciones- va y vence en las elecciones municipales flamencas, imponiéndose en la simbólica ciudad de Amberes. Su líder, Bart de Wever, apostó fuerte al presentarse en la capital económica del país y su triunfo supone un avance hacia la independencia y en la descomposición del caduco Estado belga.
¿También van a dejar fuera de la UE a Flandes? Sería curioso ver cómo las instituciones europeas tienen su sede en un país que no forma parte de la Unión. ¿O Bruselas sí será parte desgajándola del resto de Flandes? En ese caso, ya pueden montar un puente aéreo como el de Kennedy en Berlín en tiempos de la guerra fría, porque Bruselas sería una isla rodeada de «territorio hostil». Sería gracioso ver a Jaime Mayor Oreja, a Carlos Iturgaiz o a Pablo Zalba mostrar el pasaporte cada vez que aterricen en el aeropuerto de Bruselas para acudir a una sesión del Parlamento Europeo. Muy gracioso.