Un penalti no señalado por Ayza Gámez en el último suspiro del primer tiempo y un error de Illarramendi que aprovechó Falcao en el último minuto del segundo inclinaron la balanza a favor del Atlético en un partido en el que la Real no mereció en ningún caso la derrota.

Cada equipo fue mejor en un tiempo, la Real en el primero y el Atlético en el segundo, y cuando el marcador parecía destinado a finalizar en unas tablas justas llegó la jugada clave. Ya minutos antes Dani Estrada había cometido una falta similar al agarrar a un contrario discutible porque ya había un defensor preparado para encararle.

Pero la de Illarra tenía menos sentido porque era más cerca del área y agarró de manera insistente a Cebolla Rodríguez sin ningún sentido hasta que el árbitro señaló la falta en una posición en la que un jugador de la calidad de Falcao no perdonó.

El colombiano, que ha marcado en sus últimos diez partidos oficiales, también marcó la diferencia ayer cuando el Atlético se fue en el segundo tiempo en la búsqueda de la victoria. Desde que salió del descanso Falcao dio sensación de peligro y, aunque falló una clara opción, no perdonó en la segunda cuando no había margen para reaccionar.

Fue una pena porque la Real mereció al menos un punto, pero los partidos se deciden por los aciertos de los grandes jugadores y por los errores que en el caso de Illarramendi entran dentro del peaje a pagar con jugadores tan jóvenes. Lo triste es que también se deciden con decisiones arbitrales como la de Ayza Gámez, que impidió que al descanso el marcador reflejara lo que se vio en el campo.

Superioridad en el primer tiempo

La Real fue superior en un primer tiempo en el que solo el acierto de Courtois, la falta de puntería en los remates y la actuación de Ayza Gámez, que no sancionó un claro penalti por manos de Gabi en el último suspiro, impidió a los blanquiazules marcharse al vestuario por delante en el marcador.

El Atlético jugó muy retrasado y concedió la iniciativa en el juego a la Real, que acaparó la posesión del balón, aunque le costó crear ocasiones de gol por la superioridad numérica rojiblanca en las posiciones cercanas al área. Sus dos centrales y sus dos pivotes se imponían a Agirretxe y Griezmann. El deseo de Illarra de jugar más retrasado ha terminado de convencer a Montanier y si ni él ni Markel llegan a las mediaciones del área es difícil que los cuatro atacantes sean capaces de fabricar ocasiones de gol y rematarlas.

Pese a ello, Griezmann tuvo un remate a los quince segundos que puso a prueba la gran calidad de Courtois, que también despejó en el minuto 20 un lanzamiento de Vela y en el 40 un centro de Alberto de la Bella que se envenenó.

Pero la oportunidad más clara debió llegar en el penalti que Ayza Gámez no señaló al filo del descanso en un lanzamiento de falta de Illarramendi que golpeó en la barrera, con posterior disparo de Griezmann con la derecha que fue repelido por Gabi con el brazo extendido.

Una acción que no admitía dudas y que llegaba poco después de una situación similar en la que otro disparo del francés fue despejado por un defensa en una jugada en la que los realistas y los aficionados blanquiazules también reclamaron penalti. La pitada con la que fue despedido el aragonés al descanso es de las más grandes que se han escuchado en Anoeta.

Lo peor del primer tiempo de los blanquiazules, al margen de la falta de acierto en los últimos metros, fue su incapacidad de ni tan siquiera rematar en los siete saques de esquina que lanzó. La mayoría fueron despejados por el Atlético en el primer palo.

En defensa la Real apenas sufrió. Zubikarai detuvo sin problemas un primer remate de Adrián, Raúl García cabeceó fuera en una acción en la que tenía poco ángulo y Falcao no tuvo ninguna oportunidad de demostrar su calidad porque el balón casi siempre estaba en poder de los blanquiazules.

Más ambición del Atlético

El Atlético comenzó mejor la segunda mitad y fue a por la victoria. Adelantó líneas, empezó a jugar en el campo realista, presionó más arriba y eso permitió a Falcao tener dos opciones y provocar la falta de la tarjeta de Iñigo Martínez en los primeros seis minutos de la reanudación.

El partido se abrió con un intercambio de golpes en el que el mayor peligro llegaba por mediación de Falcao, que tuvo una clara opción en un despeje de Zubikarai que el colombiano no acertó a rematar a portería.

Griezmann respondió con un disparo demasiado centrado, pero las oportunidades más claras llegaron en una falta atlética que Mikel González golpeó hacia atrás y obligó a Eñaut Zubikarai a realizar un gran parada y en una contra realista en la que Vela no acertó a superar a Courtois con la derecha.

Luego fue Chory Castro el que tuvo un remate con la derecha que salió fuera, pero el Atlético parecía más cerca del gol que la Real y por eso Montanier prefirió retirar a Agirretxe al dar entrada a Pardo. Los blanquiazules daban por bueno el punto y Simeone buscaba la victoria con la entrada de Diego Costa, como lo hizo desde el inicio del segundo tiempo, y fruto de esa insistencia llegó en el último minuto, como en otros partidos de los rojiblancos, la jugada decisiva del partido que permite al Atlético de Madrid seguir empatado con el Barcelona en la cabeza de la clasificación de Primera.