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TRAS LAS ELECCIONES DEL 21-O

Eitb volverá a cambiar el mapa

La llegada de Alberto Surio y su equipo de directivos del gusto de PSE y PP a EiTB supuso un cambio de mapa, no solo el del tiempo, sino también el de los equilibrios entre medios de comunicación en la Comunidad Autónoma Vasca. Su previsible relevo en los próximos meses volverá a tener consecuencias en cadena.

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Iñaki IRIONDO

Es significativo que el primer gran mensaje de cambio que emitiera el Gobierno del pacto PSE-PP fuera el cambio del mapa del tiempo de ETB, poniendo fronteras internas a Euskal Herria y añadiendo comunidades limítrofes. Tan importante era ese plano simbólico que ambos partidos incluyeron en su acuerdo para la investidura de Patxi López que «la línea editorial, así como las representaciones gráficas e infográficas de la programación de EiTB, se inscribirá en la realidad política e institucional que representa la Comunidad Autónoma del País Vasco, sin perjuicio de informar sobre nuestro entorno cultural o territorial».

Pese a los ríos de tinta que hizo correr la metamorfosis del mapa del tiempo, no era más que la expresión icónica de una transformación mucho más profunda en el mapa de los medios de comunicación de la CAV. Desde su primera emisión en pruebas, EiTB había estado bajo la dirección del PNV.

Prácticamente la totalidad de los medios de comunicación de la CAV están en manos de grupos estatales cuya orientación editorial es abiertamente unionista y monolingüe en español. Los periódicos con más ventas forjaron su emporio durante el franquismo, cuando la libertad de expresión estaba prohibida; las cadenas de radio españolas aprovecharon su potencial económico para llenar de antenas el territorio, lo que pronto bendijo el Gobierno de Lakua con la concesión de licencias que realizó Joseba Arregi; mientras que la regulación de las televisiones depende del Ejecutivo español.

En ese hábitat, el PNV parecía estar satisfecho y cómodo con su control de EiTB y la presencia en los quioscos de «Deia». Pero la llegada al Gobierno de PSE y PP y el nombramiento de Alberto Surio como director del Ente supuso un cambio de paradigma. Los informativos modificaron su perspectiva, alejándose de la realidad vasca para mimetizarse en algunos momentos con los contenidos de cualquier cadena de ámbito estatal.

El ecosistema comunicativo sufrió a partir del 18 de junio de 2009 un vuelco notable. Hasta ese momento la mayoría social de la CAV no se veía políticamente reflejada en los medios privados. A partir de entonces, tampoco en los dependientes de la administración autonómica.

El PNV trató de contrarrestar la pérdida sufrida en EiTB con la ampliación del Grupo Noticias y la entrada de Onda Vasca en el dial de FM.

El independentismo de izquierdas, acostubrado a sufrir el arrinconamiento a lo largo de toda la historia del ente, se encontró además con que la presencia de sus representantes estaba totalmente vetada en entrevistas y debates. Solo el cambio de tiempo político atenuó la prohibición. Pero la primera entrevista en Radio Euskadi a Rufi Etxeberria, en diciembre de 2010, hizo que el PP montara en cólera.

Un nuevo vuelco en medio de la crisis

La ley dicta que con el cambio de legislatura tiene que procederse a la renovación del director general de EiTB y cabe suponer que su nuevo equipo responderá a la nueva fotografía que ha ofrecido la sociedad vasca en las últimas elecciones, al margen de cuáles puedan ser las fórmulas concretas de gobierno.

Pero un cambio de estas características en EiTB -además de esperar que se vuelva a mostrar Euskal Herria el mapa del tiempo- volverá también a sacudir el panorama mediático vasco, en un momento en el que la crisis es palpable en muchos medios tanto escritos como audiovisuales.

Un primer efecto práctico es que los miembros de la dirección de EiTB que no fueran ya trabajadores de la radio o la televisión deberán dejar el ente. Su número ronda la veintena, atendiendo únicamente a los cargos más altos y visibles. En correspondencia, un número igual de directivos entrarán en EiTB. A la sacudida que esto puede producir en algunos medios ha de sumarse el hecho de que el cambio de Gobierno comporta también el cese de los cargos de cofianza, entre los que hay al menos otra treintena de periodistas, que ejercen de directores de comunicación, asesores de prensa o incluso en cargos más altos. Muchos de ellos salieron en 2009 de medios como «El País», «El Mundo» y el grupo Vocento, que ahora están padeciendo recortes.

Además queda por ver qué estrategia adopta el PNV con sus propios medios, algunos también en dificultades, una vez que considere recuperado el control de EiTB.

Por otra parte, el Gobierno de Patxi López ha aprovechado sus últimos compases para dejar en herencia un reparto de licencias de radio que afianza el peso de las cadenas españolas. Un acto que el nuevo Gobierno debería intentar corregir.

Como se ve, el cambio de mapa puede tener soles por una parte y nubarrones con amenaza de tormentas en otras zonas.

 

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