CRíTICA: «Argo»
La historia repetida como tragedia y como farsa
Mikel INSAUSTI
Fue uno de los títulos que me decepcionó en el pasado Donostia Zinemaldia, pero no como realización de Ben Affleck, sino como producción de George Clooney y Grant Heslov, de quienes siempre se espera más a la hora de abordar los conflictos políticos internacionales que marcan la historia reciente de los Estados Unidos.
Los productores rescataron el guión de Chris Terrio de la black list, que reúne los mejores guiones de entre los descartados por los grandes estudios. Pero una vez visto en la gran pantalla, guarda una gran diferencia entre los hechos reales en que se basa y la pura ficción. El verdadero agente de la CIA que participó en la Operación Canadian Caper, durante la crisis de los rehénes en Irán de 1979, se encontraba al borde de la jubilación. El papel ha sido convenientemente rejuvenecido para lucimiento del estelar Ben Affleck, que actúa con la misma falta de cintura con la que dirige.
La película hubiera necesitado de un mayor realismo documental para ensamblar de forma más convincente los muchos géneros que maneja, sin saber nunca a que carta quedarse. Hay drama humano, sátira política, heroísmo patriótico, cine dentro del cine, thriller de espionaje, aventuras exóticas y acción al límite. En medio de tantas opciones posibles el Affleck director no consigue imponer un tono narrativo que lo englobe todo, oscilando entre la seriedad de un Spielberg en «Munich» y la comedia cinéfila a lo «Matinee». Y menciono la entrañable película nostálgica de Joe Dante por la presencia de John Goodman, que si entonces emulaba al productor de serie «B» William Castle, en esta ocasión hace una caricatura-homenaje muy parecida a cuenta del mago de los efectos de maquillaje John Chambers. Es quien protagoniza los mejores momentos de «Argo» junto al veterano Alan Arkin, ya que ambos se bastan para parodiar la caótica capacidad de improvisación que ha definido durante años a la industria de Hollywood. Entre las frases ingeniosas que se intercambian destaca una de Carl Marx, que bien podría ser de Groucho.