GARA > Idatzia > Mundua

Crónica | Elecciones presidenciales en EEUU

Demócratas y republicanos «bombardean» a los indecisos

Demócratas y republicanos queman sus últimos cartuchos en la recta final de la reñida carrera a la Casa Blanca. Centran todos sus esfuerzos en los doce estados indecisos, cuyos ciudadanos están siendo machacados por los ejércitos de voluntarios desplegados por las campañas de Barack Obama y Mitt Romney.

p024_f01.jpg

GARA Leesburg

Alyson Linville ha decidido no responder más al teléfono. El aparato suena en el vacío cinco o seis veces cada tarde. Al otro lado de la línea, los partidos, los encuestadores, todos obsesionados por una cuestión: ¿Alyson votará a Obama o a Romney?

Esta madre de familia de 49 años, responsable de las relaciones familiares en el distrito escolar local, vive en un condado indeciso en un Estado indeciso en medio de una elección indecisa. Leesburg, a una hora de Washington, en Virginia, es un barrio acomodado, verde y dividido casi a a partes iguales entre demócratas y republicanos.

Presente en un mitin de Mitt Romney, Alyson votó a Barack Obama, cuando incluso decoró el césped de su casa con una pancarta a favor de los demócratas. Eso fue hace cuatro años. Ahora, ella «lamenta no saber lo que Obama cambiaría en un segundo mandato».

La pasada semana estuvo a dos pasos de escuchar a Michelle Obama. En setiembre vio a Ann Romney, esposa del exgobernador Mitt, y en agosto el propio Barack Obama estuvo en la escuela secundaria local. Cuatro actos electorales en un área de pocos kilómetros cuadrados.

El peculiar sistema electoral estadounidense hace que los candidatos hagan campaña solo en una docena de estados, los más disputados de los cincuenta. El presidente es elegido realmente por los grandes electores designados en bloque por estado.

Esto explica que dejen a un lado a los cuarenta estados que siempre votan demócrata, como California, y republicano, como Texas, y los candidatos se centren en atraer a los votantes en los estados indecisos que oscilan de un lado a otro, como este años pasa con Virginia, Ohio, Florida o Pensilvania, donde se gastan fortunas para convencer intentar convencer a los votantes.

Así, en Virginia, uno de los estados prioritarios en la campaña de Obama y Romney, ya han gastado 70 millones de dólares en publicidad, mientras que en el estado demócrata de Nuevo México, cero.

«Nos bombardean»

«No dejan de venir», se regocija Alyson. «Nos sentimos importantes, tenemos la impresión de ser el condado clave en un estado clave», agrega.

Ver a los candidatos de cerca es un privilegio; escucharles diez veces al día en la televisión, una odisea.

Para medir la intensidad de las solicitudes enviadas a los electores del condado de Loudoun, hay que utilizar una calculadora.

La semana en que Alyson vio a Mitt Romney, la campaña de Obama y sus aliados se gastaron 4,1 millones en anuncios de televisión en Virginia; Romney 4,4 millones, según datos de National Journal.

Además, hay anuncios de los partidos políticos, los candidatos para el Senado y la Asociación de Planificación Familiar a favor del matrimonio gay, según los documentos de la Sunlight Foundation, organización que aboga por la transparencia en el gasto electoral.

Para el espectador medio, estos millones se reflejan en docenas de anuncios publicitarios diarios, concentrados por la mañana y por la noche, en medio de anuncios de medicamentos y automóviles.

Cuando Alyson, registrada como «independiente» en las listas, y su marido, republicano, apaguen el televisor y miren en su buzón de correo, la avalancha continúa.

«Estamos bombardeados. Uno recibe al menos cinco folletos por correo cada día y por lo menos cuatro, cinco o seis llamadas cada noche. Yo le dije a mi esposo: `No contestes'».

Ejércitos de voluntarios y personal pagado se relevan para contactar con votantes como Alyson, desde los 27 locales que la campaña de Obama tiene en Virginie.

Pero a medida que se acerca la cita electoral del 6 de noviembre, Alyson duda.

«Verdaderamente me gustó mucho el Romney moderado. Cuando Romney era extremo, yo me pasé al lado de Obama». Pero, añade, «espero que me convierta».

 

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo