Con la exposición de León Ferrari en la UPV de Abandoibarra se inaugura una nueva edición de Zentsura At!, que va ya por su séptimo año. Organizado por Serrano Producciones y con la ayuda económica de la BBK, el programa inicia su camino hacia diferentes propuestas, la primera la exposición del bonaerense Ferrari, decenas de veces censurado.

Según el «New York Times» Ferrari es uno de los cinco artistas plásticos vivos más provocadores e importantes del mundo. Los pilares de su obra se centran en las guerras, todas las formas de intolerancia y la religión, faceta esta última que le ha creado numerosos problemas. Ferrari comenta: «Yo no soy específicamente anticlerical y ateo. Los anticlericales tienen como objetivo a la Iglesia y los curas, mientras que los ateos se ocupan de negar la existencia de Dios. Y a mi no me preocupan esas cosas, sino la religión en sí, los libros sagrados, la Biblia (...).

«Mi preocupación -añade Ferrari- es sobre la esencia de la religión. Si existe o no existe un dios, eso es secundario. Para mí lo que cuenta es que ese dios existió y existe hace miles de años en la cabeza de la gente. Me interesa ese dios bíblico, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, y esa traducción singular que la gente hace de los libros sagrados, que son terribles, y tienen una crueldad sin límites. El mismo Jesús es un personaje que solo se salvaría por el lado siquiátrico. Si alguien dijera ante un sicoanalista las cosas que se supone dijo Jesús, el diagnóstico sería el de paranoia y esquizofrenia, solamente así se entendería el disparate de alguien que nos condeno a la tortura (...)».

En la sala Chillida, la obra de Ferrari se parcela en cinco espacios. En uno de ellos se reproduce su obra en una pared que puede ser tocada por el público y escrita en braile. La Justicia y la Inquisición comparten territorio. En otra superficie se trata de la civilización occidental y cristiana y los dos últimos espacios recogen, entre otras cosas, gigantografías de los infiernos de Miguel Ángel, Giotto y el Bosco.