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TRAS LAS ELECCIONES DEL 21-O

Rubalcaba elude la autocrítica tras el fiasco electoral de López

Además de confirmar su continuidad al frente del PSOE, afirma que la gestión en Lakua «ha sido magnífica» pese a perder más de 100.000 votos en tres años en que ha cesado la lucha armada

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Alberto PRADILLA | MADRID

«Patxi López ha sido un magnífico lehendakari». Un calificativo que también es extensible a toda su gestión. El único problema para el todavía jefe del Ejecutivo de Lakua está en que «no ha sido reconocido» por los ciudadanos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Esta es la lectura que realiza el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre el batacazo electoral sufrido el domingo en las elecciones de la CAV, donde la marca de Ferraz en los tres herrialdes se dejó 9 escaños y más del 25% de los votos. Pese a estos resultados, Rubalcaba insiste en halagar a Patxi López y considera que «el tiempo pondrá a cada uno en su sitio». Atrincherado en una abarrotada sala de prensa del Congreso, Rubalcaba rompió sus tres días de silencio tras el descalabro del domingo en la CAV y Galicia. Y lo hizo para dejar claro que no piensa abandonar el cargo, pese a que cada vez son más los rumores de una contestación interna en Ferraz.

«Ha merecido la pena gobernar», insistió Rubalcaba. A la hora de valorar las elecciones en la CAV, que calificó como «singulares», el secretario general del PSOE y exministro del Interior hizo referencia a la ilegalización de la izquierda abertzale y al cese definitivo de ETA. «Hay que tomar en cuenta que había un partido que no estuvo presente en los anteriores comicios y sí en los actuales», señaló, para añadir que en anteriores citas con las urnas esta opción sí que había estado presente, dejando entrever que los datos de 2009 (con la IA ilegalizada) no permiten ver la totalidad del panorama político de la CAV.

Mejores expectativas

Sobre el cese de la organización armada, celebró que las elecciones del domingo fuesen las primeras que se celebraban «sin la amenaza de ETA». Una situación que el secretario general del PSOE lamentó que su formación no hubiese capitalizado en las urnas, obviando que, por ejemplo, el día en que la organización armada realizó el anuncio de cese, López se encontraba de gira en EEUU. De hecho, hasta el expresidente del PSE, Jesús Eguiguren, afeó la inacción de Lakua durante estos tres años.

Pese a ello, Rubalcaba realizó un balance muy positivo, tanto en materia económica como de «convivencia» y, al valorar su fuerte descenso de apoyo en las urnas, se limitó a señalar que «la democracia es así». Pese a lo que vaticinaban las encuestas, «hubiésemos esperado un resultado mejor».

El secretario general del PSOE también fue preguntado por el futuro de Patxi López, quien ha asegurado que seguirá al frente del PSE. Rubalcaba recordó que será el actual lehendakari en funciones quien despeje las dudas sobre su futuro. No obstante, insistió en la evidente sintonía que existe entre ambos aludiendo al «cariño» que siente por López y subrayando que estará «encantado» de contar con él, recordando que fue él quien le llevó a la Ejecutiva Federal tras el Congreso de Sevilla.

Los malos resultados de las últimas elecciones también han puesto en cuestión el liderazgo de Rubalcaba, logrado hace apenas ocho meses. Él, sin embargo, recordó que fue elegido para cuatro años. De este modo, negó que existan sectores que le hayan pedido que abandone el cargo y afirmó que se marchará «cuando la mayoría del partido» lo demande.

De cara al futuro, Rubalcaba puso la próxima cita el lunes, cuando la Ejecutiva Federal analizará lo ocurrido el domingo en la CAV y Galicia. Tampoco consideró oportuno el debate sobre un futuro candidato a la presidencia del Gobierno español. Aunque se mostró dispuesto a «escuchar a todos», insistió en su mano tendida al Gobierno del PP para «cuestiones de Estado» en torno a la crisis.

Jáuregui, por la «estabilidad»

También sobre el escenario postelectoral se pronunció ayer Ramón Jáuregui. El diputado del PSOE aseguró, en un acto en la delegación del Gobierno de Lakua en Madrid, que el PNV cuenta con dos opciones: «transversalidad» o «radicalidad». Jáuregui apostó por la «estabilidad» que ofrece el PSE frente a EH Bildu. Además, consideró que la formación abertzale ha capitalizado la nueva situación abierta en Euskal Herria tras el cese de ETA, reconociendo que el PSE ha perdido apoyos que obtuvo en 2009, cuando se valoró su «esfuerzo».

Urkullu no descarta ningún pacto

Iñigo Urkullu, presidente del PNV y próximo lehendakari, manifestó ayer que «no veto a ningún partido ni ninguna fórmula de apoyo» a la hora de buscar alianzas en el próximo Parlamento de Gasteiz.

Urkullu, que puso por delante que por el momento solo es candidato a lehendakari, explicó que las reuniones con el resto de formaciones parlamentarias «deben esperar unos días porque ahora los partidos todavía están analizando los resultados electorales, las consecuencias de los mismos y el papel que les corresponde jugar los próximos cuatro años».

El todavía presidente del EBB asegura que por el momento no se ha decantado por ninguna fórmula que garantice «la gobernabilidad de Euskadi», ya que, como el mismo reconoció, desde la formación jeltzale manejan todo un abanico de posibilidades, «desde la formación de un ejecutivo de coalición hasta un pacto de legislatura, un acuerdo de no agresión o la disposición a llegar a acuerdos estructurales y vertebradores de la acción política», esto es, gobernar en solitario y buscar apoyos puntuales para, mediante la famosa «geometría variable», sacar adelante diferentes leyes.

Esos «acuerdos estructurales», en los que Urkullu dijo buscar «el máximo consenso posible», serían los referidos a «políticas contra la crisis, pacificación y normalización y el desarrollo del autogobierno». En esa línea, Urkullu aseguró que «no veta a nadie» de antemano y que esperará a los cara a cara con los representantes de las distintas fuerzas «para conocer su disposición».

Otra de las voces autorizadas del partido jeltzale, Joseba Egibar, se mostró algo más claro respecto a los planes de futuro, afirmando en Euskadi Irratia que su apuesta pasa por «formar gobierno en solitario, si es posible», aunque matizó que «intentaremos llegar a acuerdos» en los tres pilares citados por Urkullu.

El presidente del Gipuzkoa Buru Batzar estimó que la sociedad «ha dado el suficiente apoyo en las urnas al PNV para tratar de formar un gobierno en solitario», aunque recordó que pondrán en marcha la habitual ronda de contactos con las fuerzas que han obtenido representación parlamentaria.

Egibar destacó que los partidos «deben realizar un intento serio» para lograr acuerdos. «Ver que disposición hay, y qué coincidencias y desacuerdos, y luego cada uno decidirá qué juego quiere hacer en el Parlamento», apuntó Egibar, quien además reveló que la acción del PNV estará encaminada a «lograr una dinámica de país a través de las instituciones, para la que ofrecemos un liderazgo compartido». GARA

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