Ha perdido consistencia ofensiva y se muestra vulnerable en la defensiva
Un equipo que quiere y no puede
Las ausencias definitivas o puntuales de Javi, Llorente o Herrera, y la falta de forma de algunos jugadores, lastran el juego pretendido.
Joseba VIVANCO
«Esta semana ha sido muy dura. Tres partidos y se han perdido los tres», asumió ayer tras el entrenamiento el autor del gol del domingo, Mikel San José. Dice el refrán que a perro flaco todo son pulgas. Y al «dolido» -reconoció el defensor navarro- vestuario rojiblanco le viene que ni al pelo. Seguro que de esta inercia negativa les podría poner al día a sus compañeros Ander Herrera, que ya se pasó un par de temporadas lidiando con el descenso con su Zaragoza.
Herrera expulsado, Muniain tocado y casi hundido, Iñigo Pérez en el dique seco, Ekiza otro tanto, ahora le toca a un Gurpegi que empezaba a asentarse en el puesto... y cuando no, se trata de fallar lo infalible, de dejarse partidos en los minutos finales, de que te ganen de cabeza todos los balones en tu propia casa y encima te metan goles dos tipos llamados Juan Rodríguez y Álvaro Vázquez, lo más alejado a cualquier glamour futbolístico.
Para ilustrar ese bucle en el que está sumido el Athletic, el periodista Juan Carlos Latxaga utilizaba estos días en su blog la metáfora de la dichosa tostada que siempre que se te cae, toca el suelo por el lado de la mantequilla. Vamos, que algo así le pasa a este Athletic. Sin embargo, los científicos han demostrado que esa supuesta casualidad se explica por la altura desde la que cae la rebanada. Pues lo del Athletic, seguramente, también tiene sus explicaciones futbolísticas, más allá de que a perro flaco todo sean pulgas. Lo advirtió Ander Herrera días atrás: de estas situaciones no se sale de sobrado.
Ante el Getafe los de Marcelo Bielsa llegaban tras dos partidos listos para ganar y perdidos en el último suspiro. Un desgaste mental que se acrecentó cuando al cuarto de hora de encuentro te marcan gol y toca remontar con un rival metido atrás, saliendo a la contra y tú sabiendo que tu talón de Aquiles está en la defensa. A eso hay que sumarle la ausencia de Herrera y la enésima y fallida insistencia en Muniain -lo de meter a Toquero, ni mentar- como alternativa -ni cuando Ruiz de Galarreta estaba disponible, Bielsa echó mano de él-.
La falta de gol no es de ahora
Pero si algo le está matando a este Athletic es su endeblez defensiva. No ha habido manera de que Bielsa ofreciera a un cuestionado Gurpegi una pareja de baile estable en el eje de la zaga y justo cuando parece que lo conseguía, el capitán se lesiona. Pero es que con el de Andosilla o sin él este equipo atrás es un queso gruyere y esa es la diferencia con respecto a la temporada pasada. Porque los males arriba son endémicos.
El curso anterior el Athletic tenía los mismos problemas para hacer gol, le costaba y le cuesta dios y ayuda perforar porterías. Si echamos un vistazo a la estadística de la actual campaña, los bilbainos son de los que más rematan, superados solo por Barça, Madrid, Atlético, Valencia, Málaga, Rayo, Sevilla y Celta, aunque sí es verdad que su porcentaje de tiros entre los tres palos del total de remates (42%) solo está por encima de los de Betis, Celta, Espanyol, Granada, Levante, Rayo, Madrid.
El hecho es que Aduriz nunca ha sido un goleador de grandes cifras, aunque sí un goleador de rachas. Y sin Llorente en el campo -si está en estado de gracia, claro-, ni Susaeta es un rematador, ni lo es tampoco De Marcos, y no hablemos ya de Muniain, cuya aportación en este terreno es casi nula. Así que errar ocasiones cantadas es un hándicap ahora como lo fue hace meses.
El equipo que más remates recibe
Donde el equipo ha crujido y donde tiene más peligro que una tesis doctoral de Bielsa es en la faceta defensiva. La solvencia de la campaña anterior, con dos centrales superlativos como Javi Martínez y Amorebieta se ha ido al traste. Lo del domingo ante el Getafe fue ya un chiste y encima malo. Los datos estadísticos son como la prueba del algodón, que no engañan. El Athletic, tras nueve partidos de Liga, es el equipo que, con 64, más disparos recibe entre los tres palos, seguido del Granada, con 56 y Espanyol, con 51. Casi nada. Es el tercer equipo que más remates totales recibe, tras Mallorca y Granada.
El domingo, la imagen de Gorka Iraizoz clamando al cielo y con ganas de agarrar del cuello a algún compañero, mientras sufría un bombardeo de balones en cada córner o balón aéreo, es el reflejo de lo que está sufriendo el navarro por culpa de sus defensas, cuando él es quien más críticas ha tenido que soportar. Gorka es el portero que más paradas ha hecho en lo que va de campeonato, 45, cuando, por hacer unas pocas comparativas, el guardameta de Osasuna ha hecho 29, entre los dos de la Real 25, el del Zaragoza otros tantos, los dos del Celta los mismos o 28 los dos del Rayo.
¿Mala suerte, infortunio, un mal de ojo, la ley de Murphy? Lo cierto es que incluso Marcelo Bielsa renegará de echar mano de esta justificación que escapa a la razón, máxime cuando en los últimos seis meses, es decir, incluido el final de la pasada temporada, su equipo acumula 4 victorias, 5 empates y 13 derrotas. Números que tienen que tener una explicación.
Es evidente que la falta de Javi Martínez está pesando más de lo que se quiere ocultar y no hay otro central que tenga su salida de balón, ni siquiera el nivel defensivo que demostró. Amorebieta no termina de ser el `jefecito' de la zaga, no hay pareja de baile estable en el eje y el lateral zurdo se sortea cada semana como el Euromillón. Lo mismo que se ha echado y se echa en falta la presencia de un Herrera en la medular, que hasta mermado hace más y mejor que un Muniain más impotente y acelerado que nunca. A De Marcos le ha costado coger la forma y dar con la gasolina apropiada, en tanto que la presencia de Isma López recuerda a la de Igor Gabilondo e Ibai Gómez sigue siendo mejor revulsivo de segundas partes que titular de inicio. Y arriba, sin Llorente, Aduriz es un goleador de rachas, no de grandes números sostenidos.
Demasiados contratiempos
Con la nueva temporada aun en ciernes, sin atisbo de las intenciones de Javi Martínez y Llorente, nadie dudaba de que esta segunda campaña de Bielsa podría superar a la anterior, no solo por un estilo ya aprehendido, sino porque con las incorporaciones de Aduriz e Isma López, el regreso de Gurpegi o Castillo, más lo que Ibai Gómez había apuntado, el equipo iba a tener también un banquillo profundo y de garantías.
Pero el castillo se antojó de naipes y ahora Bielsa quiere jugar a lo mismo pero sin idéntica sillería. Falta Javi, falta aquel Llorente, y prácticamente ha faltado Herrera. Tres pilares. El que sacaba el balón, el que lo contemporizaba y el que lo reclamaba atrayendo sobre sí defensas y liberando bandas.
A este Athletic le cuesta un mundo sacar el balón jugado y solo está a gusto en partidos como el del Lyon, donde le esperan en campo rival. Si le aprietan arriba, acabose. Necesita mover el balón a gran velocidad, pero sus jugadores no acaban de hilar fino. Este Athletic ha perdido consistencia ofensiva, no consigue dominar el balón en ataque lo suficiente como para que cada jugador ocupe su espacio en el campo y, si el balón se pierde, estar listo para recuperarlo. Y así le va en las transiciones defensivas.
La temporada pasada, a estas alturas, el equipo sabía a qué quería jugar; en la actual, el equipo quiere, pero no puede. Y eso es lo preocupante.
La Peña Athletic Club de Zalla entregó ayer en su sede de la localidad encartada el IX Trofeo `Corazón de León' a Iker Muniain. El navarro sucede así a Andoni Iraola en el palmarés de este galardón, que pretende distinguir a aquellos jugadores del primer equipo que más se identifican con los valores que representa el Athletic.
La reacción rojiblanca se antojaba por sacar los seis puntos en juego ante Getafe y Granada, además de encarrilar la eliminatoria copera de por medio, porque después llegan los temidos `Pirineos', que comenzarán con la visita del Lyon en Europa League, para después recibir al Sevilla en Liga, viajar al Bernabéu ante el Madrid, continuar periplo hacia Israel, jugar la vuelta de la Copa, hacerlo de nuevo en casa ante un necesitado Deportivo y tras mediarse al Sparta en san Mamés, viajar al Nou Camp.