Nuevos enfrentamientos entierran el frágil alto el fuego impulsado por Egipto en Gaza
GARA | TEL AVIV
Nuevos bombardeos de la Fuerza Aérea de Israel y lanzamientos de cohetes desde la Franja de Gaza contra territorio israelí enterraron ayer definitivamente la frágil tregua alcanzada el jueves con la mediación de Egipto para poner fin a la escalada de la violencia y al goteo de muertes palestinas en este territorio.
En la madrugada del domingo un miliciano murió y otro resultó herido a causa del impacto de un misil tierra-aire israelí cuando, según testigos palestinos, trataban de lanzar un proyectil contra territorio israelí en Al-Garara, al este de Jan Yunis.
Las mismas fuentes indicaron que el bombardeo en el que falleció Suleiman al-Farra, de 25 años, tuvo lugar después de que una fuerza terrestre israelí penetrase en una zona al este de la ciudad con tanques, excavadoras y vehículos acorazados, apoyada desde el aire. Milicianos palestinos dispararon proyectiles de mortero y cohetes contra los soldados.
En respuesta a esta nueva muerte, milicianos de los Comités Populares de Resistencia y de las Brigadas Ezzedin al-Qassam dispararon una veintena de cohetes contra Israel, que envió sus F-16 para bombardear un edificio en construcción en el campo de refugiados de Al-Bureij, un descampado en el barrio Zeitun de la ciudad de Gaza y un campo de entrenamiento de las Brigadas Ezzedim al-Qassam en Jan Yunis.
Bombas de racimo
Por otra parte, Israel aseguró ayer que utilizará menos bombas de racimo en un eventual futuro conflicto con Hizbulah, a diferencia de en la guerra que les enfrentó en 2006, aunque el Ejército israelí iniciará una invasión terrestre antes de lo que hizo entonces. Normalmente Israel realiza ataques aéreos en el sur de Líbano durante un periodo prolongado antes de iniciar una ofensiva terrestre.
«Debido a una serie de reflexiones -legitimidad, efectividad y otros factores-, se espera que se reduzca el uso de bombas de racimo en las zonas rurales», indicó un alto mando del Ejército israelí, refiriéndose al «sur de Líbano».
Israel no firmó en 2008 la Convención sobre Bombas de Racimo, que fue adoptada, en parte, a raíz de la ofensiva israelí de 2006 que dejó en el sur de Líbano cientos de bombas que explotaron tras la manipulación posterior por parte de civiles.