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La dimisión del exconsejero llega al Parlamento

Barcina rechaza responder preguntas sobre su papel en el «caso Pejenaute»

La sesión solicitada por Bildu, NaBai y el PSN para que la presidenta navarra explicara la dimisión del consejero Jesús Pejenaute por un presunto blanqueo de dinero se cerró de forma insatisfactoria. Yolanda Barcina se negó a responder a la batería de preguntas de la oposición, aunque admitió que las estaba esperando. La presidenta no aportó ni datos ni papeles.

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Aritz INTXUSTA | IRUÑEA

Yolanda Barcina llegó ayer al Parlamento con la intención de dar carpetazo lo más rápido posible al «caso Pejenaute«, negándose a responder a todas las preguntas que podían comprometerla. La estrategia de Barcina quedó clara desde su primera intervención, cuando no dedicó ni cuatro minutos a explicar por qué cesó al exconsejero de Políticas Sociales. En su réplica, solo hubo evasivas ante el aluvión de preguntas que lanzó la oposición. Varios de esos puntos negros del «caso Pejenaute» fueron resaltados por GARA el martes y Barcina afirmó haber leído este periódico y acusó a la oposición de haberse dejado llevar por él. Pese a que conocía qué preguntas estaban sobre la mesa, no respondió a ninguna. «Me lo esperaba. Yo también leo GARA», afirmó.

La presidenta navarra, que previamente había reconocido que lo conocía todo sobre el caso, llegó sin un solo papel, sin un solo documento. Ni siquiera se molestó en aclarar cuánto dinero cambió Pejenaute, si fueron 144.000, como dice alguna versión periodística, o si fueron 180.000, como acreditan los correos de Caja Navarra.

La intervención fugaz de Barcina dejó al resto de parlamentarios perplejos, puesto que acostumbra a prodigarse como mínimo media hora cada vez que acude a una comisión de la Cámara. La falta de concreción fue tanto o más sorprendente cuando el presidente de la Comisión, Román Felones, del PSN, se negó a abrir un segundo turno de réplica, dejando con la palabra en la boca a Maiorga Ramírez (Bildu) y a su compañero de partido Juan José Lizarbe. La sesión, finalmente, acabó en un visto y no visto.

Preguntas que siguen en el aire

Además de no concretar el montante total de las operaciones (cuando hay un baile de cifras de 66.000 euros), Barcina hizo oídos sordos a preguntas sobre la procedencia de esos miles de euros, sobre qué tipo de persona es la que acumula en su casa 360 billetes de 500 o sobre de qué forma la presidenta intervino desde su puesto en CAN en la turbia operación del consejero dimisionario.

Además, no enseñó ningún papel que sostuviera su escueta versión. En concreto, el papel que se echó en falta por encima de los demás es el que avalaría una investigación del Sepblac (unidad de prevención de blanqueo de capitales del Estado) exonerando a Pejenaute de la comisión del presunto delito. Ni siquiera aclaró si, finalmente, el dinero provenía de la venta de un piso en Barcelona o tenía un origen distinto.

Aunque Barcina habló poco tiempo y la mayor parte de él lo dedicó lanzar acusaciones contra Kontuz y contra Bildu, entró en contradicciones y contrasentidos. En un momento dado aseguró que como miembro de la Comisión de Control tuvo noticia del caso. Luego dijo que allí no se trató sobre este asunto. Barcina sí hubo de admitir que se «cercioró» de cómo estaba el expediente de Pejenaute en el Comité de Auditoría.

Otro punto inexplicable de la intervención de Barcina es relativa a sus averiguaciones sobre el episodio de los billetes. La presidenta afirmó que extremó las precauciones antes de elegir a Jesús Pejenaute consejero de Políticas Sociales. Por ello, hizo averiguaciones en CAN sobre cómo se cerró el episodio de los billetes. Sin embargo, antes de ser consejero, Barcina ya lo había reclutado como su asesor personal en 2009. ¿Cuando lo nombró asesor tenía dudas sobre si intentó estafar al fisco?

La excusa que empleó Barcina para no responder a la batería de preguntas de Bildu fue que se trata de un complot coordinado entre esta formación y Kontuz. Ramírez, el más incisivo ayer, le reprendió porque está obligada a explicar los puntos oscuros del caso «lo diga Agamenón o su porquero». El parlamentario le apeló directamente: «Doña Barcina, usted sabe y la ciudadanía debe saber. Tiene una obligación ética y política». Además, Ramírez desveló un nuevo elemento del caso y una acusación potente: «¿Cuántas de las personas de la UPBC (la unidad de prevención de delitos fiscales de CAN) siguen en su puesto? Creemos que es posible que el presunto defraudador se quede sin mancha y que los que denunciaron los hechos hayan sido relevados de su cargo».

Al término de la efímera comparecencia, la presidenta se quedó intentando convencer a Txentxo Jiménez, de NaBai, de que Pejenaute no esconde nada. El parlamentario le había preguntaba en comisión por qué, si era dinero «blanco» el exconsejero se negó a pasar por los controles reglamentarios e ingresarlo en cuenta. «¿Para qué quiere una persona 180.000 euros en efectivo?», le espetó Jiménez. «Si el dinero provenía de la venta de un inmueble, ¿no hubiera sido lo lógico que pasara por ventanilla y punto? ¿Ese dinero era el precio del piso o el sobreprecio?», preguntó Jiménez.

«Tenemos que esperar a que los tribunales resuelvan»

Yolanda Barcina confía su defensa en el proceso que se ha iniciado en los tribunales a raíz de la denuncia que Pejenaute interpuso a Kontuz. En sus dos exposiciones, se ciñó a la carta del exconsejero en la que explicó los motivos de su dimisión y que parece escrita bajo la dirección de un abogado. Sin embargo, la denuncia de Pejenaute no es un camino de rosas y, a día de hoy, no se tiene más noticia de ella que la propia nota que envió el Gobierno. Fuentes legales consultadas por este periódico confirman que antes de presentar una denuncia por injurias se tiene que acreditar un intento de arreglar las cosas fuera de los tribunales. Judicialmente, esto se traduce en un acto de conciliación previo a la denuncia. Desde Kontuz confirman que no tienen notificación de que se les haya requerido para ese acto de conciliación. Esto implica que o bien Pejenaute se ha echado para atrás o que el asunto va para largo. La segunda consideración que han transmitido estos abogados es que la denuncia tiene poco peso, porque Kontuz estaría amparada por la «exceptio veritatis», ya que contó una verdad. La dimisión de Pejenaute y su asunción de esos cambios de dinero, confirman que Kontuz fue veraz.

Aun así, Barcina emplazó a los parlamentarios a volver a discutir una vez haya sentencia. «Tenemos que esperar a que los tribunales resuelvan», dijo. Sin embargo, los tribunales no van a resolver sobre el presunto delito, sino sobre una mera denuncia. Kontuz ha solicitado que el Gobierno inste una investigación sobre los cambios de billetes, sin éxito. A.I.

el pp, lealtad ante todo

El PP no estuvo conforme con las explicaciones de Barcina. Sin embargo, aseguró que su partido ve prioritaria la estabilidad de las instituciones navarras, a pesar de que, en esta ocasión, había un presunto caso de corrupción sobre el tapete.

I-E dice basta ya

El parlamentario de I-E Txema Mauleón no quiso entrar en el debate sobre el «caso Pejenaute». En su lugar, aprovechó la comparencencia para solicitar que se eche ya a a UPN del Gobierno, emplazando a la oposición a una moción de censura.

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