Random House (del consorcio alemán Bertelsmann) y Penguin (del británico Pearson), dos de los grupos editoriales más importantes del planeta, han anunciado su intención de formar un gran conglomerado. Si los organismos reguladores dan el visto bueno a la operación, el grupo resultante será un gigante con un volumen de negocios en torno a los tres mil millones de euros. La fusión no sólo reforzará el predominio que estos grupos tenían en Europa, sino que les permitirá alcanzar una posición determinante en el mercado mundial en lengua inglesa. El anuncio de este nuevo conglomerado, que tendrá la sede en Nueva York, se presenta como un paso más en el proceso de mundialización que fusiona bancos, petroleras o empresas automovilísticas. (...) Los nuevos hábitos de lectura electrónica pueden dejar a las viejas editoriales en inferioridad ante los gigantes de informática y de internet, pero no es menos evidente que la concentración empresarial reduce la variedad y la pluralidad creativas. Durante la segunda mitad del siglo XX, a causa del predominio del valor económico en el mundo de la cultura, asistimos ya al declive del canon literario. Las fusiones editoriales anunciadas confirman que la lógica económica es imparable y que, por lo tanto, la diversidad intelectual y creativa está en peligro.