Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han reclamado que el proceso de paz iniciado junto con el Gobierno de Juan Manuel Santos esté «libre de estorbos y amenazas», frente al estrechamiento del cerco militar sobre la guerrilla.

En una carta firmada el viernes en La Habana, las FARC recriminan «los ladridos feroces que salen del Ministerio de la Defensa», en alusión a las advertencias lanzadas por varios miembros del Gobierno colombiano, entre ellos Santos, que insisten en que atacarán «sin contemplaciones» a la guerrilla y al reciente anuncio del aumento del tamaño del Ejército.

«Les decimos a los de las FARC y al ELN: las instrucciones a nuestras fuerzas son claras y contundentes. Aquí no hay ningún tipo de contemplación», declaró Santos el viernes en Bogotá en un acto organizado para conmemorar los 121 años de fundación de la Policía Nacional, al que asistieron como invita los presidentes de Costa Rica, Laura Chinchilla, y Honduras, Porfirio Lobo.

Santos destacó que en los dos últimos días la acción del Gobierno en diversos lugares del país dejó como resultado seis guerrilleros muertos, siete desmovilizados y tres capturados.

«No debería colocarse como estorbo, por ejemplo, eso de hacer pender amenazas sobre el proceso», señalaron las FARC.

A dos semanas de que comience la segunda fase de las conversaciones de paz en La Habana, las FARC reiteran que «no hay una agenda paralela» en este proceso de paz. El martes se iniciarán los contactos previos entre ambas partes para preparar esta segunda fase.

«El proceso ha tenido diferentes momentos, pero es un mismo conjunto que no se puede someter a esquemas tecnocráticos que lo descuarticen en etapas o fases simplistas que den la idea equivoca de que de lo que se trata es de un itinerario breve de la capitulación insurgente a partir de promesas insustanciales del Gobierno», destacó la guerrilla.

Es más, las FARC apuestan por que el diálogo «se desenvuelva de manera efectiva, expedita y en el menor tiempo posible», si bien, sobre este último aspecto, añadieron que la duración del proceso de paz «estará sujeta a evaluaciones periódicas de los avances».

Bernardo Salcedo, uno de los delegados suplentes de las FARC, por su parte, señaló a la agencia Efe mediante correo electrónico que en la reunión preparatoria de La Habana -que se retrasó un día respecto a lo inicialmente previsto- se tratarán, entre otras cuestiones, la logística de las conversaciones de paz, el lugar de las reuniones o aspectos relacionados con necesidades tecnológicas.

Representantes del Gobierno de Santos y de las FARC iniciaron conversaciones en octubre en Oslo, tal y como se comprometieron en un acuerdo general que fue dado a conocer en agosto en La Habana después de seis meses de conversaciones exploratorias y secretas en Cuba. Este país, junto a Noruega, es el garante del proceso de paz, mientras que Venezuela y Chile ejercen de acompañantes.

La agenda del diálogo tiene como ejes buscar una solución al problema de la tierra, el abandono de las armas por parte de las FARC, su entrada en la vida política, buscar una solución al problema del narcotráfico y la reparación de las víctimas.

Propuesta de líderes sociales

Por otra parte, los líderes sociales de las regiones colombianas fronterizas con Ecuador, muy afectadas por el conflicto armado, se reunieron ayer en Pasto, capital del departamento de Nariño, para preparar sus propuestas de cara al encuentro de La Habana.

La reunión de Pasto fue convocada por la Comisión de Paz del Congreso de Colombia y formaba parte de las Mesas Regiones de Paz, que pretenden reconocer los problemas reales de las regiones, especialmente las que viven más intensamente los efectos del conflicto. Al encuentro asistieron líderes de los departamentos de Nariño y Putumayo en representación de campesinos, indígenas, afrodescendientes, mujeres y jóvenes.

La copresidenta de la Comisión de Paz del Congreso y legisladora del Partido Verde, Ángela María Robledo, dijo a Efe que se trata de «abrir un espacio a la participación de la sociedad civil en el proceso de paz».

Robledo destacó que aunque en el acuerdo alcanzado entre las FARC y el Gobierno «se recoge el diagnóstico de las causas estructurales de la guerra, no se incluyen las voces de los ciudadanos» y destacó que además de la acción armada de las FARC hay que tener en cuenta a los paramilitares, las multinacionales, al Ejército y al clientelismo político.