Garate habla con claridad, como siempre, de la reunión de la semana pasada en Holanda que permitió a los ciclistas de Rabobank aclarar su situación.

¿Cómo se enteraron los ciclistas de la retirada de Rabobank?

Recibimos un email a las 8.58, poco antes de que se hiciera oficial. Diez minutos antes me había llamado Luis León para decírmelo y poco después se hizo público el comunicado. La semana pasada estuvimos en Holanda, como todos los años en un acto de despedida de la temporada y de recibimiento a los nuevos, y hablé con el manager y me lo explicó todo.

Rabobank ha decidido retirar el patrocinio del equipo, pero deposita el dinero para respetar todos los contratos y mantiene el presupuesto del próximo año aunque su nombre no aparezca en el maillot. Hay corredores como Luis León que habían firmado para tres años y Rabobank los va a a garantizar. Eso dice mucho a su favor. Asumen todos los contratos firmados, ponen el dinero, pero no quieren que su nombre siga ligado al ciclismo.

¿Cómo está el futuro del equipo?

Su idea es que el manager general del equipo, Harold Knebel, que lo puso el banco, deje encauzado el equipo en 2013 y años sucesivos, que negocie con los nuevos sponsors y luego abandone. Nosotros, y yo mismo se lo dije, le trasmitimos que lo mejor es que no dejara el puesto, estamos muy contentos con él y pensamos que no es bueno que hiciera todo el trabajo y se lo pasara a un tercero.

Una de las cosas buenas del equipo es el diálogo de tú a tú entre todos los miembros. Los corredores podemos hablar con el manager con naturalidad y él nos ha trasmitido que estemos tranquilos y animados y que hay patrocinadores que están interesados por la situación del equipo. Es un momento para oportunistas porque por poco dinero pueden figurar en el maillot al cubrir el presupuesto Rabobank. Pero no queremos eso, sino un compromiso para tres años para seguir la misma línea que llevaba el equipo.

Se ha publicado que hay varios sponsors interesados en entrar...

Hay gente que está interesada y no solo en Holanda. Conmigo y con Luis León ha contactado un patrocinador y lo remitimos al manager. Sabemos que es un momento goloso para que alguien se beneficie de una estructura grande con una mínima inversión. El que entre debería garantizar tres años de contratos y seguir con la línea que llevaba Rabobank. No se puede cambiar, eso sí que sería una pérdida para el ciclismo.

Por el reconocimiento de culpa de unos cuantos, y me atrevería a decir que no se consideran arrepentidos, porque si lo fueran deberían devolver el dinero que han ganado, no puede desaparecer una estructura que, como la de Euskaltel, es el futuro de nuestro deporte en dos países de gran tradición como Euskadi y Holanda.

¿Les han explicado los motivos de la retirada del patrocinio?

Leipheimer en su declaración dijo que en su etapa de Rabobank hizo cosas incorrectas y ha sido el detonante a pesar de todo el trabajo que durante muchos años se ha hecho con la cantera, con las féminas, el ciclo-cross... Se llevan muchos años por la línea correcta y no es el momento de que esto desaparezca. Por eso Rabobank sigue con el equipo continental, el mountain bike o el ciclo-cross.

La responsable de marketing del banco nos pidió disculpas y le dije que no se sintiera responsable, que somos los primeros que lo entendemos y agradecemos su apoyo durante 17 años al ciclismo, que para Holanda es una cultura. Rabobank es algo más que un banco, estamos viviendo un momento bastante turbio al destaparse errores del pasado y entendemos que el banco no tiene por qué sufrirlo.

¿Su participación en esas reuniones destaca la importancia que ha asumido en este momento?

Hasta ahora no había asumido responsabilidades, me limitaba a ver, oir y callar porque entré en una estructura muy organizada y no me apetecía llegar y exponer mis ideas. Ahora es diferente.

Desde mitad de temporada se empezó a prever un cambio en el equipo y me di cuenta de que era el momento de aportar mi experiencia y en las reuniones de la semana pasada me tocó hacerlo en un momento complicado. No es fácil ahora dar credibilidad al ciclismo. Equipos como Sky u Orica han adoptado otras medidas, pero pienso que si seguimos mirando hacia atrás nunca miraremos hacia adelante y debemos garantizar a la gente que venga que éste es un equipo en el que pueden creer. Todos podemos haber cometido errores en el pasado, pero en este equipo con 17 años de historia no puedes hacer un borrón y cuenta nueva.

El pasado hay que asumirlo, pero este equipo lleva años haciendo el trabajo bien. La gente que hemos visto el ciclismo hace diez años sabemos lo que había antes y lo que hay ahora. Me llama la atención que De Jongh deje el Sky cuando era uno de los que más podía aportar. Seguimos en un mundo hipócrita, no queriendo asumir de donde venimos y eso no se puede borrar.

Más que un chaval de 20 años que viene de abajo y no conoce nada, los que más podemos resolver lo que pasa somos los ciclistas y directores que hemos vivido los años duros y sabemos lo que no hay que hacer. Somos la gente que realmente debemos tirar del carro. Es lo que hago en el equipo. Coger las riendas y hacerles ver que antes las cosas eran de una manera y desde hace unos años son de otra. Hay que recuperar la credibilidad del público.

¿Cómo vive el equipo este período de incertidumbre?

El jueves de la semana pasada, antes de la reunión, el ambiente era muy tenso, feo, nadie sabía qué iba a ser de nosotros. Tras la reunión, en la cena de la noche, parecíamos otro equipo. Nunca en cinco años he visto un ambiente tan bueno. Habíamos pasado a ser una bola de nieve que según avanza se hace más grande. Se notaba más unida a toda la gente y lo pasamos de cine. Nos hacía falta para eliminar la tensión de las semanas anteriores.

¿Por qué tiene que pasar el equipo ante la Comisión de Licencias?

Porque se ha creado una nueva sociedad, pero no es un equipo nuevo, es junto a Euskaltel el más sólido del ciclismo mundial y nos han trasmitido que manteniendo la misma estructura y el segundo patrocinador, Giant, que se quiere involucrar más, no le retirarán la licencia World Tour porque todos los empleados somos los mismos.