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AZAROAREN 10EKO MANIFESTAZIOA, BAIONAN

El colectivo de refugiados al pueblo vasco

 


Los miembros del Colectivo de Refugiados Políticos dispersados por el mundo en diferentes situaciones quieren mostrar su firme compromiso con el nuevo tiempo abierto en Euskal Herria y con la resolución del conflicto. Dos son los desafíos: por una parte, avanzar en el proceso político que traerá consigo el reconocimiento nacional y el derecho a decidir y, por otra, superar definitivamente las consecuencias más duras del conflicto. En ambos casos, el protagonismo popular debe resultar determinante. También los refugiados venimos con ganas de aportar en esos dos quehaceres, con voluntad de tomar parte en el proceso político como cualquier ciudadana o ciudadano vasco, así como con la firme intención de hacer desaparecer para siempre el exilio.

En nuestro pueblo se han gestado oportunidades políticas excepcionales. Miramos con esperanza al futuro, incluso al futuro inmediato. El debate político está totalmente abierto en el conjunto del territorio vasco.

El proyecto político del Estado español, sustentado en la imposición y la asimilación, ha hecho agua en nuestra tierra. Los marcos jurídico-políticos constituidos a partir del Estatuto de la Moncloa y del Amejoramiento del Fuero Navarro eran instrumentos estériles y hoy se demuestran agotados. Es una conclusión a la que hoy en día no solo ha llegado la Izquierda Abertzale.

Qué decir sobre la falta de reconocimiento de Ipar Euskal Herria. La reivindicación de la institucionalización es más fuerte y compartida que nunca ya que, reflejando la voluntad popular, el consenso alcanzado entre los agentes políticos y sociales es muy amplio.

Haber traído hasta aquí el proceso de liberación es una victoria política muy importante. Un logro de todos aquellos que nos opusimos a la imposición. Una consecuencia directa de la labor de todos aquellos que queremos construir un futuro basado en derechos.

Por desgracia, los estados no son capaces de dar una salida apropiada y democrática a este histórico conflicto. Utilizan la violencia, la violencia estructural, puesto que impiden al Pueblo Vasco decidir su futuro sin injerencias externas; y también la violencia sistemática, porque utilizan la represión para imponer su proyecto. Aunque estemos en un tiempo nuevo, mantienen su maquinaria de castigo y venganza, tal y como lo demuestran la situación de las cárceles o las detenciones.

Las últimas declaraciones del ministro Valls constituyen un claro ejemplo de todo ello. Ha rechazado incluso el mínimo reconocimiento de Ipar Euskal Herria; ha defendido la política de dispersión en contra de los presos y sus familiares, y ha alabado la vía policial. Se ha colocado en el otro extremo de la Declaración de Aiete, una declaración que cuenta con un impresionante respaldo en Euskal Herria, en especial en Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa. Ha menospreciado reivindicaciones que concitan el acuerdo de la ciudadana vasca, en una burla que ha alcanzado su máxima expresión con la detención y entrega de Aurore Martin.

Tanto Valls como todos aquellos que manejan la agenda en contra de la solución tendrán cumplida respuesta. El próximo 10 de noviembre tenemos la primera cita importante en la manifestación que, bajo el lema «Hurbildu bakera», se celebrará en Baiona, a la que se suma el Colectivo de Refugiados Políticos Vascos y a la que llamamos a acudir a toda la ciudadanía vasca. Porque el mejor antídoto contra el bloqueo de los estados no es otro que la movilización e implicación popular para sacarles de su cerrazón o, si siguen obstinados, para avanzar en el proceso político desde la unilateralidad.

Hemos demostrado en diferentes ámbitos que hay músculo, también en este último ciclo electoral. La acumulación de fuerzas que dote al proceso democrático de alcance estratégico hacia la independencia está cuajando.

Además, gracias al trabajo de la Izquierda Abertzale, en las elecciones al Parlamento de Gasteiz que se acaban de celebrar, se ha logrado poner fin, aunque aún bajo amenaza, a un ciclo de diez años de ilegalización. Ello no quiere decir ni de lejos, tal como han apuntado con insistencia algunos, que dichas elecciones se hayan celebrado en un ambiente de plena «normalidad». Si así fuera, nosotros no estaríamos aquí.

Cambiar la situación de los represaliados vascos no solo respondería a la injusticia que padece un grupo de personas, sino que favorecería al desarrollo global del proceso democrático. Por eso mismo, las fuerzas contrarias a la paz guardan con celo la llave de las celdas, porque tienen miedo a una solución justa y democrática. Impidiendo dar salida a las consecuencias del conflicto, buscan encallar ahí la apuesta política de la izquierda abertzale.

No daremos por bueno ningún bloqueo. No nos acostumbraremos a ello. Porque además de nuestra propia situación, también está en juego el futuro de nuestro pueblo. Somos fruto del conflicto surgido de la opresión, y somos plenamente conscientes de que solo una resolución justa garantizará superar totalmente todas las consecuencias. Sin embargo, ello no significa que mientras no se produzca la resolución integral no vayamos a llevar a cabo iniciativas.

Tenemos que implicarnos todos, también los refugiados, en la labor para que el bloqueo no se asiente y para hacer que se liberen las condiciones creadas. En el marco del proceso democrático, al objeto de superar las consecuencias del conflicto, estamos dispuestos a dar pasos más audaces, desde el acuerdo con los estados, tal y como lo manifestaron las personalidades internacionales en el segundo punto de la Declaración de Aiete, o desde la unilateralidad. En todo caso, es claro que será el empuje de nuestro pueblo el que nos llevará a casa.

Ya hemos comenzado a andar ese camino, aunque en este colectivo existen realidades muy diferentes. En nuestra mente, primero, están aquellos que se encuentran más lejos y los que necesitan mayor amparo. Vivir con dignidad es el principio básico para todos nosotros, mientras seamos refugiados y, también, cuando dejemos de serlo.

Vamos, junto con el resto de ciudadanas y ciudadanos vascos, a vivir, a ser libres, a ganar.

Gora Euskal Herria askatuta

Gora Euskal Herria sozialista

En Azkaine, a 3 de noviembre de 2012

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