Jesus Valencia | Educador social
Los primeros 25 años de Askapena
Gentes diversas colaboramos en su alumbramiento. Bautizada como Askapena, nacía una nueva organización internacionalista vasca. En el ADN de aquella frágil criatura despuntaban los genes de un paisanaje que, con antelación, había recorrido el mundo avivando causas libertarias.
Muchos de ellos agitaron el continente americano del S. XIX; incorporados a los ejércitos o a las Juntas Cívicas promovieron la independencia de las antiguas colonias. En los albores del siglo XX apareció otra remesa de internacionalistas vascos; mientras reivindicaban un Estado propio, aplaudían a irlandeses y rifeños que intentaban lo mismo a golpe de sublevación. Años más tarde maduró la conciencia anticolonial de los pueblos oprimidos y Cuba asombró al mundo con su victoria revolucionaria. La nueva izquierda vasca, liderada por ETA, se puso de su lado. Tejió estrechos vínculos con otros ejércitos de liberación y, como ellos, se proclamó antiimperialista. Los vientos de Sierra Maestra soplaban fuerte por aquí.
Askapena nació en los primeros días de octubre de 1987, coincidiendo con el vigésimo aniversario del asesinato de Che. No fue el hado sino la proximidad ideológica la que ubicó a la nueva organización en la senda del Internacionalista Universal. Askape- na, al seguir la estela luminosa de Guevara, propició el encuentro de personas que pusimos en común fraternidad y debate, alegría y compromiso, imaginación y solidaridad. Más allá de nuestra tierra, nos facilitó el encuentro con otras organizaciones que también habían apostado por la liberación de los pueblos. Facilitó alianzas con la Centroamérica insurgente de los 80 y con la Cuba acosada de los 90; propició una especial sintonía con los pueblos originarios de Abya-Yala que, como Euskal Herria, defienden sus derechos ancestrales y sus recursos naturales; se adentró en la selva Lacandona para compartir con los zapatistas la construcción de una sociedad democrática y justa que nazca desde abajo y por la izquierda.
25 años cultivando utopías dan mucho de sí. Askapena cuenta con merecido reconocimiento en Argentina, Venezuela, Irlanda, Bretaña, Córcega, Palestina, Italia, Alemania, Estado español... Las gentes enfrentadas al imperio la miran con simpatía. Muchas han descubierto a través de Askapena la existencia de nuestro pueblo y nuestra lucha. La red Euskal Herriaren Lagunak, plural y extensa, está de nuestro lado. Tarea hermosa y arriesgada; el imperialismo no galantea con quienes se agrupan para combatirlo. Animosidad que se convirtió en agresión cuando el Estado español detuvo a militantes askapeniles.
El día 10 de noviembre el internacionalismo nos espera en Alsasua y estoy seguro de que seremos muchos quienes acudamos a la cita. Honraremos con afecto a las paisanas y paisanos que fueron asesinados por ubicarse al lado de los oprimidos y celebraremos con entusiasmo los primeros pasos de Askapena. Porque estos veinticinco primeros años no son más que el inicio; el preámbulo de una marcha que se promete apasionante y larga, ya que la tarea es mucha y la convicción firme.