La ONU ha pedido más ayuda para los más 100.000 desplazados por los enfrentamientos entre la comunidad budista y musulmana en el estado de Rakhine, la mayoría musulmanes rohingyas, informó ayer BBC Mundo. Aseguran que los campamentos instalados para las familias huidas son insuficientes y que la crisis ha desbordado la capacidad del gobierno local. A las ejecuciones y la destrucción de sus pueblos se suma el boicot impuesto por los budistas locales que impide a los rohingyas, que no se atreven a pesar por miedo, la compra o venta de alimentos en los mercados.