En un partido entre dos equipos bajo mínimos, plagado de prisas, errores, imprecisiones y tensión, Lagun Aro dio ayer el primer paso a su recuperación, consiguiendo, en la prórroga, cerrar la sangría de derrotas que venía padeciendo en un comienzo de temporada aciago. De la mano de dos capitanes -la veteranía de Salgado, el pundonor de Doblas-, bien secundados esta vez por la versatilidad de Rubio y los triples de Kuksiks, los de Sito Alonso consiguieron parar esa herida por la que se estaban desangrando, pero aún hay que aplicar muchos otros tratamientos para adquirir la estabilidad requerida.

Tras los cinco sopapos consecutivos recibidos por ambos equipos en cinco jornadas, el partido de ayer en el Nou Congost fue una especie de alocada carrera hacia el servicio de urgencias en el que solo había cama para que uno de los dos pudiera ser atendido. Los nervios, las prisas y la desesperación fueron patentes en ambos bandos, con múltiples errores, pérdidas de balón -cada equipo acabó con 19 en su debe- y la constatación de que ambos proyectos están cogidos con pinzas.

En el equipo guipuzcoano, las dos rápidas faltas de Raúl Neto y la consiguiente ración de banquillo del brasileño acrecentó la falta de referencias, sobre todo exteriores y anotadoras, que el equipo está arrastrando en este comienzo de temporada y el Manresa, aprovechando que jugaba en casa, lo aprovechó para tomar la delantera. Javi Rodríguez tomó el mando del partido y, asistiendo a Arteaga y Asselin, llegaron a acumular hasta 8 puntos de renta que Woods e Ibekwe dejaron en cinco al término del primer cuarto (23-18).

Sin embargo, el alero estadounidense está a años luz de ocupar esa referencialidad que por caché y potencial se le suponen, y el equipo no puede seguir esperándole. Así, apretando más atrás y con dos triples del propio Woods y de Korolev -otro cuyo paso adelante se está demorando en exceso-, los de GBC lograron adelantarse en el marcador (26-28). De ahí al descanso, el partido fue una especie de concurso de triples, con Ramsdell como estilete en el equipo manresano y Kuksiks asumiendo ese rol de anotador que tanto echa en falta el equipo tras la salida de Panko, Baron y Vidal.

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El jugador con pasaporte de Madagascar siguió con la muñeca caliente, siendo relevado por Devries y, con cuatro triples consecutivos, pusieron tierra de por medio, ante un Lagun Aro que veía cómo Neto seguía sumando acciones brillantes y faltas personales.

Papamakarios -otro que está lejos de asumir su peso- y Korolev respondieron desde el exterior, pero todo parecía perdido cuando Devries puso a su equipo 8 puntos por delante a falta de tres minutos. Ahí apareció Salgado, determinante en los momentos calientes con un 3+1 que hizo que el equipo recuperase la fe, hasta el punto de que a Doblas se le escapó la ocasión de evitar la prórroga -su canasta llegaba una centésima tarde-.

En el tiempo extra, el de Santutxu volvió a resultar providencial, al propiciar un robo que terminó en antideportiva a Javi Rodríguez. Ni el base, ni un Guille Rubio que cuajó su mejor partido en GBC en su vuelta a Manresa, fallaron desde el tiro libre, y Lagun Aro respira.