Pasadas las elecciones autonómicas de la CAV, y en la previsión de que no se produzcan nuevas citas con las urnas hasta primavera de 2015 (lo que parece difícil en Nafarroa), Lokarri ha enviado a los partidos políticos un documento con doce «actitudes» que ayudarían a aprovechar esta oportunidad para avanzar hacia la paz.

Lokarri parte de que la construcción de la paz es un proceso largo y complejo. La sociedad vasca viene de una etapa marcada por la violencia, la exclusión y la ausencia de grandes acuerdos, lo que genera formas de actuación que no van a cambiar de la noche a la mañana.

Según la red ciudadana, la actitud más adecuada es la insistencia, actuar con paciencia y constancia, y mantener la disposición a aceptar que se puede avanzar por caminos distintos al inicialmente previsto. Entiende que es conveniente tener una visión estratégica, evitando el cortoplacismo y pensando a largo plazo.

Aboga Lokarri por superar lo que denomina «consideraciones binarias (los míos/los otros, los buenos/los malos)». Frente a ello defiende la idea de «somos nosotros y nosotras, toda la ciudadanía vasca, los que vivimos aquí y seguiremos viviendo aquí. Debemos entendernos, respetarnos y cooperar».

El documento recuerda a partidos, gobierno e instituciones que su «responsabilidad» es dar solución a los problemas, por lo que «no pueden resignarse ante las dificultades. La falta de acierto es comprensible, el no haberlo intentado sería inaceptable».

Según su consejo, «la voluntad de paz debe traducirse en hechos concretos: gestos de humanidad, desarme verbal, disposición a cooperar. Es necesario abandonar el debate sobre posiciones políticas inamovibles ya que pueden impedir el entendimiento. En cambio, explicitar los intereses, las aspiraciones de cada uno, ayuda a encontrar los espacios de enten- dimiento».

Lokarri defiende que «la sociedad debe ser parte activa en la construcción de la paz». Y constata que «las soluciones son más viables si se introducen criterios de flexibilidad».

El octavo consejo es que «las propuestas para avanzar en el proceso de paz deben tener como principal objetivo favorecer la cooperación y no ser instrumentos estratégicos para obtener ventajas o debilitar al otro».

Lokarri propone sustituir las críticas a las posiciones de otros partidos por preguntas para entender sus intereses y motivaciones»

Los partidos «deben mostrar voluntad, competencia y capacidad para dialogar y alcanzar consensos» y tratar de comprender dónde están los límites del resto.

Recuerda Lokarri que la construcción de la paz es un proceso del que no debe excluirse a nadie. Hay que empezar con quienes quieran participar e ir sumando a quienes muestren deseo de incorporarle.

Por último, Lokarri aconseja contar con entidades y personas que no forman parte directa del problema. pero que tengan experiencia.