Rafael Correa, economista de izquierda que se enfrentará a un exbanquero en los comicios presidenciales de 2013 si confirma su candidatura, espera recaudar unos 164 millones de dólares adicionales de la banca privada con su propuesta de transferir parte de sus beneficios a los más desfavorecidos. El Estado aportaría otros 140 millones para elevar de 35 a 50 dólares el Bono de Desarrollo Humano, que reciben mensualmente 1,2 millones de pobres en Ecuador.

Tras el debate de ayer en el Legislativo, el proyecto de ley irá a una comisión de la Asamblea, que elaborará un segundo y definitivo informe que devolverá al pleno para que sea votado.

En la Asamblea Nacional, los legisladores aliados al Gobierno mostraron un apoyo entusiasta al proyecto y los parlamentarios de oposición tuvieron cuidado en no parecer que defendían a la banca.

Ecuador no ha pasado la grave crisis económica que ha convertido a los banqueros en objeto de críticas en los países desarrollados. Sin embargo, está fresca la memoria del colapso financiero que sufrió en 1999, que forzó al Estado a nacionalizar instituciones quebradas que supuso unos 8.000 millones de dólares y provocó una gran emigración.

La voz discordante llegó de las asociaciones empresariales y, por supuesto, de la propia banca, que enfatizó que las entidades financieras de hoy son las que no recibieron ayudas estatales en 1999 y no deberían pagar por los errores de otros.

El director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Ecuador, César Robalino, pronosticó que el sector registrará beneficios netos de unos 300 millones de dólares este año, lo que supone una rentabilidad del 12%.

«Es una cuasi confiscación de las utilidades», afirmó Robalino.