La división del Eurogrupo retrasa la ayuda urgente para Grecia
La división entre los países del Eurogrupo retrasó de nuevo hasta el próximo martes el desbloqueo de la ayuda urgente de 32.600 millones de euros que Atenas necesita de forma urgente para no suspender pagos en los próximos días, lo que le abocaría a dejarar el euro. El desencuentro de ayer se produjo un día después de que el Gobierno de Samarás sacara adelante los Presupuestos.
GARA | BRUSELAS
Los estados miembros no se pusieron de acuerdo sobre cómo reducir la carga de la deuda de Grecia y cómo financiar la ayuda extra que requerirá este paíspara los próximos años. Ni siquiera hay consenso sobre si Atenas cumple ya todas las condiciones del rescate. La decisión se pospuso hasta el próximo martes, 20 de noviembre.
A su llegada a la reunión de ayer del Eurogrupo, la mayoría de ministros descartaron que se produjera una decisión sobre el nuevo tramo del rescate, pese a que las autoridades griegas deben hacer frente el próximo viernes a un vencimiento de 5.000 millones de euros.
«Creo que sería bueno que nos pongamos de acuerdo sobre un calendario» para el pago del siguiente tramo del rescate, afirmó el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que mostró «impresionado» por las reformas y el presupuesto aprobados el domingo por el Parlamento. «Estamos a favor no de una solución rápida sino de una solución real», manifestó la directora gerente del FMI, Christine Lagarde. «Grecia ha hecho su trabajo y ha mostrado determinación real, así que ahora corresponde a sus acreedores hacer lo mismo», añadió.
El informe de la troika (formada por la Comisión, el BCE y el FMI) propone dar dos años más a Atenas, hasta 2016, para corregir su déficit excesivo. Ello requerirá una ayuda adicional de alrededor de 30.000 millones de euros, según confirmó el ministro irlandés de Finanzas, Michael Noonan.
Entretanto, el FMI reclama una nueva reestructuración de la deuda helena y para ello pide a los países de la eurozona que asuman pérdidas en los créditos concedidos hasta ahora a Atenas, como ya ha hecho la banca. Pero los europeos rechazan esta solución y solo están dispuestos a alargar los plazos de los créditos y a reducir los tipos de interés, lo que resulta insuficiente. Tampoco el BCE acepta pérdidas en los bonos helenos que obran en su poder alegando que equivaldría a financiar a Atenas. Pero sí que está dispuesto a distribuir entre los bancos centrales de los países de la eurozona los beneficios que obtenga con esta deuda para que estos a su vez los hagan llegar a Grecia.
Otra posibilidad que están estudiando es que las autoridades helenas utilicen parte del rescate para recomprar sus bonos en el mercado secundario, retirándolos así de circulación a un precio muy inferior al de emisión. Sin embargo, algunas fuentes señalan que se trata de una opción «muy complicada».
Cuentas muy recortadas
Previamente al encuentro de ayer, el Gobierno griego, dirigido por el conservador Andonis Samarás, logró el domingo por la noche sacar adelante en el Parlamento los Presupuestos Generales del Estado para 2013, muy recortados por las exigencias de la troika. Los tres partidos que sostienen al Ejecutivo -la conservadora Nueva Democracia y los socialdemócratas Pasok y Dimar- apoyaron el texto presentado por el Gobierno, que logró 167 votos a favor, 128 en contra, 4 abstenciones y un diputado ausente. Aunque no se produjo la desbandada vivida el pasado miércoles en la bancada progubernamental durante la votación de las medidas de austeridad (aprobadas con solo tres votos de margen sobre el mínimo exigido), hubo también esta vez algunos diputados de la coalición que no apoyaron los presupuestos de 2013.
«En la medida en que los griegos han hecho los esfuerzos considerables que les pedimos, ahora nosotros debemos asumir nuestras responsabilidades», afirmó la directora-gerente del FMI, Christine Lagarde.
La Unión Europea apoya claramente que Grecia permanezca en el euro, con respaldo mayor de gobiernos y presidentes que entre partidos de oposición y medios de comunicación, según un estudio del Instituto de Prospectiva Internacional (IPI).
La canciller alemana, Angela Merkel, hizo ayer de las duras medidas de austeridad aplicadas en Portugal un ejemplo del esfuerzo que se debe hacer en Europa para ganar competitividad y hacer sostenibles las finanzas públicas.
En poco más de seis horas de estancia en la capital lusa, la canciller no se apartó del guión que defiende para que Europa salga de la crisis, aunque reconoció que las reformas y los ajustes presupuestarios son «un camino difícil. Tenemos que caminar juntos, no podemos dejar solos a algunos países», subrayó la canciller, sin dejar de recordar que cada miembro de la UE «debe cumplir sus compromisos, y Portugal lo ha hecho de forma excelente».
Merkel se declaró convencida de que el programa de ajustes del rescate financiero luso será un éxito, y manifestó su voluntad de promover las inversiones y la formación profesional en el país ibérico ante un auditorio de empresarios de ambas naciones. La canciller dio un apoyo explícito al rigor presupuestario del primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, mientras la agencia de calificación financiera Fitch anunciaba que mantiene la nota de bono basura del Portugal, pero con pronóstico negativo por la «fatiga» y la erosión del consenso político y social sobre los ajustes.
Merkel admitió en la rueda de prensa que muchas personas critican medidas que son difíciles aunque necesarias, y apeló a la responsabilidad de los políticos para que tomen decisiones sin pensar en si las apoya o no la «mayoría del electorado».
Entretanto, varios miles de manifestantes protestaron contra la visita, a las puertas del centro de convenciones donde asistía a una reunión de empresarios de los dos países. "Merkel véte", "Merkel muere", eran algunos de los lemas de las pancartas y los gritos de los manifestantes, que también quemaron un muñeco que representaba a la canciller vestida con uniforme nazi. GARA
