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La crisis del PNV en Zierbena destapa la deuda de dos sociedades públicas

La crisis del PNV en Zierbena, que ha generado otra correlación de fuerzas en el Consistorio, ha dejado al descubierto la deuda millonaria que acumulan dos sociedades públicas por la gestión jeltzale. La oposición acusa al alcalde, en minoría, «de no poner nada de su parte, obstaculizando cualquier vía de solución por intereses partidistas».

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Agustín GOIKOETXEA

Zierbena, a pesar de ser un municipio con 1.440 habitantes, dispone de ingresos importantes que aportan vía impuestos y tasas las empresas asociadas a la actividad del Superpuerto. A pesar de ello, el Consistorio afronta una grave situación económica, toda vez que dos sociedades públicas -Zierbena Portua y Zierbena Urbanística- tendrán a final de año, según las estimaciones de la oposición, unas deudas que rondarán los 1,2 millones de euros.

La problemática que se vivía en Zierbena Portua se destapó en agosto cuando sus trabajadores se pusieron en contacto con la oposición -conformada por Zierbena Beti, Bildu y dos ediles no adscritos que abandonaron la disciplina jelkide- para informarles de que el por entonces consejero delegado, el edil jeltzale Eugenio Barquín, les había dicho que no iban a cobrar las nóminas al haber sido rechazada una modificación presupuestaria propuesta por el equipo de gobierno, que dispone de tres votos frente a los seis de la oposición. La intención del alcalde, Marcelino Elorza, era destinar 228.000 euros extras a Zierbena Portua.

El presupuesto de esa sociedad ascendía a 650.000 euros, de los que 175.000 eran para afrontar los salarios y las cuotas sociales de los trabajadores. Igor Gañán, edil de Bildu, explica que esa partida era «suficiente» para cubrir los gastos anuales y, por tanto, la inyección extra que proponía Elorza no estaba justificada. «Es obvio que sin recibir ninguna explicación no podíamos aprobar enviar esas cantidades de dinero, de cualquier manera, a un pozo sin fondo y bajo coacción de dejar sin cobrar a los trabajadores», añade el concejal soberanista.

A partir del 25 de setiembre, la oposición pasó a controlar Zierbena Portua y fue cuando descubrieron decenas de facturas sin pagar. A pesar de que el consejero delegado, el también concejal jelkide Eugenio Barquín, debió de cesar en junio de 2011, no fue hasta esa fecha cuando lo dejó. Entonces, Gañán pasó a ser el presidente de la sociedad y consejero delegado Jose De la Cruz, uno de los corporativos que abandonó la disciplina del PNV; ahora todos los componentes del consejo no tienen retribución.

«No hay dinero ni para pagar las nóminas, el abastecimiento de material de oficina ha dejado de hacerse por la deuda, en el taller donde se reparan los vehículos no aceptan ningún trabajo más porque no se han abonado los anteriores, están a punto de cortar la línea de ADSL por impago -enumera Gañán-. No hay día en que no se reciba una llamada de alquien reclamando el cobro de una factura». La conocida feria del marisco, según ha trascendido, no se organizó por esa grave situación económica.

El ex consejero delegado quiere dinero

En medio de esa crisis, hoy en la sede del Ejecutivo de Lakua en Bilbo se tiene que celebrar un acto de conciliación, ya que Eugenio Barquín pide el cobro del salario de los dos últimos meses -4.671.44 euros- y la readmisión como consejero delegado, a pesar de que en noviembre de 2011 y febrero de 2012 se rechazó que siguiera al frente de la sociedad que dirigía desde 2005. Los actuales gestores estiman que no hay razón para que Barquín siga al frente y menos que exija una indemnización que superaría los 110.000 euros. Uno de los supuestos orígenes de la crisis en el PNV galipo hay que buscarla, según apunta varias fuentes, en la intención del todavía edil de Hacienda de mantener un sueldo anual de 56.000 euros.

Zierbena Portua se constituyó en 2000 para la gestión del área portuaria -muy cuestionada por los problemas que existen, por ejemplo, con los amarres-, pero progresivamente ha ido asumiendo casi todos los servicios municipales, como la promoción turística, el servicio de transporte, la organización de la feria del marisco o la subcontratación de la limpieza viaria. Asimismo, en su sede, junto a las oficinas administrativas, hay espacio para dar clases de euskara, una ludoteca y un servicio de apoyo escolar.

Desde la oposición se asegura que el PNV constituyó esa sociedad anónima, como Zierbena Urbanística que también quiere disolver, para «escapar» a su control. «Ahora que lo ha perdido -aclaran desde Bildu-, pretende vaciarlas de contenido». Esa es la razón, en su opinión, para que el Ayuntamiento, gobernado por los jeltzales en minoría, plantee condicionar el envío de dinero a Zierbena Portua a cambio de que se delegue la gestión de la limpieza viaria y jardinería al Consistorio.

«Es la factura más jugosa en lo económico», advierten. Ese cambio, a juicio de Igor Gañán, repercutiría negativamente en las arcas galipas, ya que con el actual reparto de competencias «se puede recuperar en IVA una sustanciosa suma de dinero para invertir en la ciudadanía, algo que ellos mismos -en referencia a los jelkides- han estado defendiendo durante años». La postura de la oposición es clara, manifiesta la coalición: «Mientras no se aclare la situación, y más si cabe teniendo en cuenta la chapuza de tener facturas sin pagar desde 2010 -se adeudan 170.744,48 euros por la limpieza viaria de julio de 2010 a febrero de 2011-, no vamos a trasladar la competencia».

«Pretenden ahogar económicamente la empresa para condicionar nuestra gestión y nuestro interés por conocer lo ocurrido, apretarnos para crear una situación insostenible con todos los acreedores reclamando y permitiendo de manera irresponsable que la deuda crezca día a día si no tragamos con sus condiciones», señala. Esa postura de «bloqueo y obstrucción», remarca, no es nueva en un ayuntamiento en el que los plenos ordinarios se convocan cada tres meses, el mínimo que permite la ley. La oposición lo tiene claro; tratará de conseguir la inyección económica necesaria pero no piensa dejar de fiscalizar la gestión anterior.

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