El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hablaba el domingo del derecho a Israel a defenderse de los cohetes lanzados desde la Franja de Gaza, considerada la mayor cárcel a cielo abierto del mundo. Su millón largo de habitantes lleva años sufriendo las consecuencias de la pasividad internacional, que más allá de contactos diplomáticos de última hora en los momentos más dramáticos, apoya con su silencio e inoperancia las acciones de Israel, que siempre sale impune.

Cabría preguntarle a Obama, por ejemplo, por los derechos de Abu Sefan, de 18 meses, o los de su hermano, Tamer, de tres años, muertos en un bombardeo, o por los de la familia Al-Dalou, cuya vivienda quedó completamente destruida el domingo en la Ciudad de Gaza. La madre y sus cuatro hijos, de edades comprendidas entre los siete años y un año, la abuela, la bisabuela, dos tías y dos vecinos del inmueble fallecieron. El padre, que en el momento del ataque aéreo se encontraba en una tienda de comestibles junto a otro de los hijos, fue el lunes a recoger los cadáveres de sus allegados al hospital principal de Gaza, donde también yacía el cuerpo carbonizado de Omar al-Masharawi, de once meses. Cabría preguntarle también por las desgarradoras imágenes de la última semana, por los funerales en cadena de las víctimas, por las lágrimas de hombres, mujeres y niños, por los rostros atemorizados y aturdidos, por las toneladas de escombros que han dejado los drones, por los ataques a viviendas, medios de comunicación, instalaciones deportivas o a la sede del Gobierno.

Una tregua podrá frenar momentáneamente esta sangría, dejarla en suspenso durante unas semanas o meses. Pero, si la comunidad internacional y, en especial, los países árabes vuelven a dejar escapar la ocasión de acordar una solución integral que establezca las bases para una paz duradera y no adoptan mecanismos efectivos que de verdad pongan freno a las acciones militares de Israel, los gazatíes serán nuevamente masacrados ante los ojos del mundo. Y otras fotografías igualmente atroces sustituirán a las que estamos viendo.