Por espacio de hora y media y a puerta cerrada, Jonathan Powell, exjefe de Gabinete de Tony Blair y una de las personalidades que hace un año auspiciaron la Declaración de Aiete, mantuvo ayer un encuentro con agentes políticos, sociales y sindicales de Euskal Herria para valorar el camino recorrido desde aquella primera cita en el palacio donostiarra y tomar nota del camino que queda por recorrer. Un encuentro que confirma la implicación de la comunidad internacional en el proceso de resolución abierto en este país, y que sirve también para constatar que aún hay trabajo por hacer hasta alcanzar un escenario en el que pueda darse por superado el conflicto.

Queda mucha tarea por delante, entre otros motivos, porque los gobiernos español y francés han hecho caso omiso a lo que se les reclamaba en aquella histórica declaración. Es por ese motivo por el que quienes hace un año, igual que ayer, decidieron implicarse en el proceso, deberán seguir avanzando con la convicción de que Madrid y París puede ralentizar su desenlace, pero nunca impedir que se llegue al puerto fijado.

Y esa labor debe ser acometida en todos los ámbitos. En las calles, que se preparan para una nueva movilización multitudinaria coincidiendo con el año nuevo, y también en las instituciones. Entre ellas el Parlamento de Gasteiz, que inició ayer su décima legislatura, la que debe servir para cerrar definitivamente el vergonzoso capítulo del apartheid político. Bakartxo Tejeria, nueva presidenta de la Cámara, apeló también al trabajo en favor del diálogo y el acuerdo, un guante que será recogido por los parlamentarios y parlamentarias que al concluir la sesión constituyente comparecieron con las fotografías de Santi Brouard y Josu Muguruza. Porque ayer fue 20 de noviembre, un día en que la sociedad vasca recuerda que han sido muchas las personas que han trabajado y luchado, y que han pagado un altísimo precio, por alcanzar ese objetivo de democracia y paz. Su ejemplo guiará a este pueblo hacia la meta.