Ocho de quince (8/15). A primera vista puede parecer una ecuación matemática o cualquier otra cosa que nada tiene que ver con el fútbol. Pero se trata de los días que lleva la plantilla realista sin descanso desde que volviese al trabajo después de lograr la victoria en Málaga. Es decir, desde el pasado martes 13.

Los compromisos de Liga y Copa han obligado al equipo que dirige Philippe Montanier a seguir una pauta de entrenamientos sin descanso durante, al menos, quince días. Aunque, sin duda, el trabajo de Zubieta se hace más ameno después del segundo triunfo consecutivo en la competición doméstica.

El 4-0 marcado al Rayo ha devuelto la ilusión a la grada blanquiazul. El vendaval futbolístico que ofrecieron los donostiarras por momentos sitúa al equipo cerca de los puestos europeos. Sin embargo, ayer, en la vuelta a Zubieta, hubo un pero. Y es que, Markel Bergara, que el lunes entró en el minuto 73 en sustitución del uruguayo Diego Ifrán, se vio obligado a retirarse del entrenamiento por culpa de «una recaída de la lesión que sufría en el músculo bíceps femoral del muslo derecho».

Es más que probable que el centrocampista de Elgoibar se pierda el encuentro del viernes frente a Osasuna en Anoeta. No parecen tan graves las ausencias de la práctica grupal de Carlos Vela y Mikel González, autores precisamente de tres de los cuatro goles ante los vallecanos. Ambos jugadores realistas hicieron recuperación en el interior de las instalaciones, mientras que Cadamuro siguió con su habitual plan personalizado.

Por su parte, Ifrán, que ante el Rayo jugó su primer partido como titular en Anoeta esta temporada, admitió sentirse «contento» por la oportunidad e indicó que este hecho «te da un poco más de confianza».

«Siempre es lindo marcar»

El delantero uruguayo reconoció que cuando fue sustituido por Markel «estaba ya acusando el cansancio». De hecho, el charrúa estuvo muy activo durante el encuentro, aunque no pudo obtener el premio de un atacante: «Obviamente, siempre es lindo marcar, pero el equipo ganó, que era lo importante».

Lo cierto es que sí que marcó. Y en el minuto uno nada menos. Sin embargo, el colegiado lo anuló por una mano más que dudosa. El propio Ifrán relató la acción entre risas: «Me la llevé con el hombro. Lo primero que hice fue mirar al linier, que era el que tenía la visión más clara, y como no había señalado nada, pensaba que no lo iba a pitar. Pero ha pitado, y ya a olvidarlo».

Por último, quiso agradecer a la afición realista: «Siempre es increíble el apoyo que me da la gente y la afición. Estoy totalmente agradecido y es algo increíble lo que se siente al tener a todo el estadio animándote».