El Tribunal Superior de Islamabad cerró ayer por falta de pruebas el caso por blasfemia contra la niña cristiana Rimsha Masih, acusada en agosto de quemar textos sagrados, un delito castigado con cadena perpetua en Pakistán. El fallo considera «inadmisible» la acusación, aunque la parte acusadora insistió en que apelará.

El Tribunal rechazó el informe policial en el que se acusaba a la menor, de 14 años y que padece una discapacidad mental, de haber quemado páginas con fragmentos del Corán, ya que no hubo testigos de la presunta blasfemia.

Aunque pasó unas semanas en prisión, la polémica generada por la endeblez de una acusación contra una menor discapacitada forzó a los tribunales a concederle en setiembre la libertad con- dicional.