Crónica | clausura del II congreso de análisis político crítico
Retos, alianzas y estrategias para un futuro de organización y lucha
Tras dos intensos días en los que ponentes de todos los colores han ofrecido su visión sobre «democracia», el Congreso de Análisis Político reunió para su clausura a algunos de los actores de la convulsa situación social que se vive hoy en día. sindicalistas de ELA y LAB, miembros del 15-M madrileño y del movimiento independentista catalán charlaron sobre incertidumbres, posibles estrategia comunes y pasos a dar para hacer frente «a una situación realmente terrible».
Mikel PASTOR
Dos sindicalistas vascos, una ecologista madrileña ligada al 15-M y un independentista catalán del centro CIEMEN. Podría ser el inicio de algún chiste del gran Eugenio, pero la reunión tuvo un carácter bastante más formal y serio: el acto de clausura del II Congreso sobre Análisis Político Crítico, que se celebró este martes en Bilbo.
Codo con codo
La segunda pregunta giró en torno a las alianzas que podrían formarse entre los diferentes agentes y movimientos sociales. Vilaregut se mostró optimista al respecto, poniendo el ejemplo de las Candidatures de Unitat Popular (CUP) y su capacidad asociativa, «que históricamente ya existía en la zona rural, pero que ha conseguido hacerse espacio en la Gran Barcelona».
Herrero indicó que la situación en Madrid es «interesante y dinámica» ya que, movimientos como el 15-M, «han conseguido que mucha gente proveniente de distintos ámbitos, y seguramente con diferencias históricas, tengan que ponerse a trabajar codo con codo» y abogó por tender puentes con movimientos locales y por «coordinar las diferentes mareas para una labor conjunta».
Lorca y Anza señalaron que «LAB y ELA seguirán manteniendo su unidad de acción», aunque mostraran algunos matices al respecto. Lorca volvió a subrayar que cualquier acuerdo con CCOO y UGT pasaría por «que estos dos sindicatos reconocieran la necesidad de un marco laboral propio, y no supeditado a lo que llegue de madrid».
En lo tocante a la tercera cuestión, estrategias y modelos de lucha, Lorca aseguró que «algunas iniciativas sociales, como se ha demostrado con Udalbiltza, pueden superar e incomodar a la realidad institucional».
Xabier Anza, por su parte, defendió el papel de las huelgas como «herramienta más valida de lucha».
Yayo Herrero subrayó la necesidad de «introducir en la sociedad los debates que no existen hoy en día». Para ello, abogó por una ofensiva a tres niveles: «el primero, la resistencia al miedo y a la doctrina del shock; el segundo, la construcción de una alternativa al sistema actual; y la última y tal vez más importante, la desobediencia civil con ocupaciones, manifestaciones no autorizadas o expropiaciones al estilo del SAT en Andalucía».