El sindicato LAB emitió ayer un comunicado para dar a conocer su reflexión ante la situación que vive la empresa de Oiartzun, dedicada a la fabricación de componentes para la industria de automoción, así como las decisiones que ha adoptado.

Según indica esta central, en todos los encuentros celebrados hasta la fecha con los representantes de Catelsa «LAB ha planteado el debate de la viabilidad de la empresa», si bien, por parte de la multinacional «se ha cerrado la puerta a este debate, y se nos ha notificado que la decisión de cierre no es cuestión a debatir».

Para LAB, sin embargo, la planta de Oiartzun «es viable» y sostiene que el cierre ha sido decidido por la multinacional para «deslocalizar la producción a Europa del Este. Es decir -añade- el único objetivo buscado es reducir los costes salariales».

Asimismo, destaca que los trabajadores -31 hombres y 20 mujeres- están en una situación de «indefensión absoluta», ya que aún no han tenido ninguna propuesta por parte de la multinacional. El sindicato censura que «están jugando de manera cruel con ellos» y advierte de que «no va a permitir esta actitud».

Por lo tanto, LAB ha tomado la decisión de convocar ocho días de huelga, tal como ha comunicó ayer en la Delegación de trabajo. Las fechas provisionales para la huelga que baraja la central son 29 de noviembre y 3, 5, 10, 14, 17, 19 y 21 de diciembre.

Los trabajadores de Catelsa ya protagonizaron otra huelga en mayo de este año para denunciar la precariedad laboral de la compañía y la falta de respuesta de la dirección a la petición de poner fin a esta situación. Dos de sus trabajadores fueron más allá y mantuvieron una huelga de hambre durante dos semanas.