Patxi López llegó a Ajuria Enea gracias a un pacto con el PP que prometió que no haría y que, según sus propias encuestas, ni la mitad de los votantes del PSE apoyó nunca. Entró con 318.112 votos y se marcha con 212.809. Y ayer se despidió de sus consejeros y altos cargos diciéndoles que «cuando se hable de estos años, vosotros y vosotras podréis decir con orgullo que formásteis parte este Gobierno. Que fuisteis artífices de uno de los períodos más trascendentales de la historia de este país».

Ni un atisbo de autocrítica. Ni siquiera un mínimo de modestia. «Hemos transformado el discurso público y la agenda política de este país y nadie va a poder desandar este camino -afirmó López-. Por eso sé que el futuro recordará con justicia la Legislatura Socialista. Sé que las próximas generaciones sabrán valorar los pasos y los logros que protagonizó el Gobierno Socialista».

Tres autobuses blancos habían desplazado a cerca de doscientos altos cargos hasta Lehendakaritza, donde además del discurso de Patxi López hubo una foto general en la escalinata y un piscolabis posterior. Consejeros, viceconsejeros, directores y demás cargos de confianza recibieron con una ovación a su jefe, prolongando los aplausos durante más de un minuto para acabar de pie y jaleando al líder.

Dijo López que aquello no era una despedida. «Sé que volverá a haber un lehendakari socialista. Volveremos a estar aquí en el patio». Por la actitud de los presentes, daba la impresión de que no confiaban en que eso fuera a ocurrir hasta dentro de mucho tiempo.

«Período único de la historia»

El lehendakari empezó asegurando a los asistentes que «no habéis sido meros cargos de la Administración. No habéis sido simples gestores de recursos públicos. Habéis sido protagonistas e impulsores de un período único en la historia democrática de Euskadi». Más adelante les recordó los inicios titubeantes, de «ser los nuevos en la peor situación». Pero el redactor del discurso se creció y añadió: «No vinimos a luchar contra los elementos, pero los superamos. Y el sabor amargo que alguno pueda tener por salir del Gobierno se compensa, con creces, con el dulzor de saber que, teniendo todo en contra, hemos cumplido».

En su gobernar todo han sido aciertos. El final de ETA se ha debido a su «política de tolerancia cero frente a los violentos». Aseguró que «esto ha sido una conquista de los resistentes. Algo que quedará grabado en la historia de nuestro país».

En materia de lucha contra la crisis, López llegó a decir que su gobierno ha «representado una alternativa real al modelo neoliberal imperante en el conjunto de Europa». Y añadió que esta ha sido «la legislatura del prestigio de los servicios sociales».

No dejó pasar la ocasión para referirse al PNV y afirmar que «hemos demostrado que se puede gobernar sin ser nacionalista y que se puede hacer mejor que ellos». Atendiendo a los últimos rifirrafes, sentenció que «no vamos a permitir que nadie, para disculpar sus políticas futuras, quiera deslegitimar la valía de este Gobierno con infundios y con mentiras».

El lehendakari pidió a los presentes que levantaran «la mirada con orgullo» y les indicó que bastará que digan que ellos estuvieran en el «primer Gobierno socialista de Euskadi» para que les miren «con respeto».

Proclamó López que «la legislatura socialista tiene un componente épico, que solo los que formamos parte de ella podemos comprender». Será por eso que desde fuera no se haya visto claro y que pese haberlo hecho todo tan bien, llegadas las elecciones, el PSE acabó perdiendo un tercio de su votantes.