Miles de jordanos salen a las calles en contra del alza de los precios
GARA | AMMAN
Miles de jordanos se manifestaron ayer en las calles de la capital jordana y de otras ciudades del país para pedir la dimisión del primer ministro, Abdallah Nsur, por su decisión de eliminar los subsidios a los combustibles.
El Gobierno quiere aumentar el precio del gas doméstico en un 53% y el de la gasolina un 12% para hacer frente a un déficit presupuestario de 5.000 millones de dólares.
Cientos de personas se congregaron a la salida de la Gran Mezquita de Hussein, en el centro de Amman, después de la oración del mediodía.
Algunos de ellos quemaron sus tarjetas electorales en rechazo a las elecciones legislativas anticipadas, previstas para el 23 de enero.
Además de gritar consignas contra Nsur y reclamar la formación de un Gobierno de salvación nacional, exigieron la puesta en libertad de un centenar de activistas arrestados en las protestas de hace una semana y que han sido acusados de «incitación a los disturbios, vandalismo y aglomeración ilegal».
A las movilizaciones de ayer se sumaron los Hermanos Musulmanes, que hasta el momento se habían mantenido al margen de las protestas.
«Estamos viviendo una verdadera, profunda y peligrosa crisis económica», advirtió Mohamad Abu Roman, del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Jordania.
«El país logró superar una primera ola de manifestaciones sin precedentes, pero las razones, las motivaciones y las condiciones de la crisis siguen existiendo, alimentadas por una creciente tensión política, la pobreza y el desempleo», añadió.
El analista Abu Ruman advirtió de que «los responsables gubernamentales deben comprender que hay un problema. En caso contrario, no se sabe la forma en que evolucionarán los acontecimientos».
En esa línea, el politólogo Labib Kamhawi remarcó que «la gente sencillamente está enfurecida. El alza de los precios afecta directamente su vida».