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CONSEJO EUROPEO

Las tensiones internas de la UE posponen su presupuesto

La exigencia de mayor recorte por parte de Londres y la demanda de Madrid y otros beneficiarios de ayudas bloquean la negociación. Van Rompuy baraja un segundo intento en torno a febrero

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GARA | BRUSELAS

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, anunció que, probablemente, convocará una nueva cumbre extraordinaria a principios de febrero. En total, los líderes europeos han negociado alrededor de 15 horas el jueves y otras 6 horas el viernes, principalmente en bilaterales y reuniones a varias bandas, pero muy poco tiempo en plenario, lo que indica que las posturas están muy alejadas para un acuerdo.

La última propuesta de compromiso presentada por el presidente del Consejo Europeo en la cena del jueves incluía mejoras para los estados español y francés e Italia en ayudas regionales y agrícolas a costa de recortar los fondos para I+D, energía e infraestructuras (Van Rompuy había llegado a ofrecer a Madrid un cheque de 2.750 millones de euros como «asignación especial»).

Sin embargo, París, Roma y Madrid consideraron los cambios insuficientes. De hecho, el presidente francés, François Hollande, reclamó 6.000 millones de euros extra para la política agrícola común, y fue respaldado en su demanda por el Estado español e Irlanda, como parte de los «amigos de la cohesión» que habían hecho causa común con Hollande para presionar al Gobierno de Merkel.

Sin embargo, este intercambio de cromos parecía descuidar el flanco británico, casi tanto como el alemán y el de otros contribuyentes netos a la caja común europea. El plan del presi- dente del Consejo Europeo irritó tanto a David Cameron como a Angela Merkel, ya que mantenía en 80.000 millones de euros el recorte respecto a la propuesta original de la Comisión. Estos países querían una reducción aún mayor del marco presupuestario plurianual.

Además, Londres y Berlín se aliaron para exigir fuertes descensos en el gasto administrativo para eurofuncionarios e instituciones comunitarias, que se mantenía intacto en el plan Van Rompuy. Esta era la única baza que le quedaba al presidente del Consejo Europeo para presentar un compromiso definitivo, pero al final no hubo tercera propuesta (como había anunciado el equipo del propio Van Rompuy) y los líderes decidieron suspender la reunión.

Anuncio de Van Rompuy

El presidente del Consejo Europeo recogió el guante británico y alemán y anunció que propondrá más recortes en el presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020 -superiores a los 80.000 millones de euros ya planteados- en la próxima cumbre de líderes europeos que convocará a principios de 2013 para intentar lograr un acuerdo.

Los ajustes adicionales tienen como objetivo contentar a los contribuyentes netos a las arcas comunitarias, pero perjudicarán a los beneficiarios de las ayudas, especialmente al Estado español, Grecia, Irlanda y Portugal.

Herman Van Rompuy ha restado importancia al fracaso de las negociaciones del presupuesto en el Consejo Europeo. «No hay necesidad de dramatizar, estas negociaciones presupuestarias son tan complejas que normalmente hacen falta dos intentos. Es lo que pasó la última vez, en 2005», declaró en rueda de prensa.

«Hay todavía divergencias de puntos de vista pero existe un grado suficiente de convergencia para lograr un acuerdo a principios del año que viene», agregó el presidente del Consejo.

Para conseguir este compromiso, afirmó, «mi sensación es que podemos ir más allá (con los recortes). Pero ello exige más trabajo preparatorio y tiene que ser equilibrado, no improvisado, porque afecta a trabajos, también al personal (de las instituciones europeas), a cuestiones sensibles».

«Pero no excluyo en absoluto que vayamos más allá», insistió.

En todo caso, Van Rompuy destacó que su propuesta de compromiso ya es «muy restrictiva» con recortes «importantes» de 80.000 millones de euros respecto al plan original de Bruselas y de 20.000 millones (el 2%) respecto al marco presupuestario vigente (2007-2013).

Por su parte, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, admitió que las negociaciones han sido «extraordinariamente complejas y difíciles» porque «afectan a los intereses vitales de la UE y de los estados miembros. Y parece que no estamos aún en el punto de alcanzar un consenso y necesitamos otra vuelta antes de concluir».

A su juicio, la actual es la negociación presupuestaria «más difícil» a la que se ha enfrentado la UE porque «por primera vez discutimos sobre recortes reales y no incrementos en el presupuesto», aunque hay más estados miembros, en referencia a la próxima adhesión de Croacia, y Bruselas ha asumido más competencias.

A diferencia de Van Rompuy, Barroso sí avisó de las graves consecuencias de una falta de acuerdo a principios de 2013. «El coste de no tener un presupuesto sería enorme, no solo para el funcionamiento de la Unión, sino para la economía en Europa, la previsibilidad de las inversiones», apuntó.

«Habría costes políticos, económicos, institucionales y sociales muy grandes si no encontramos en los plazos previstos un acuerdo», insistió.

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, dijo estar «razonablemente satisfecho» al considerar que «España sale con unas condiciones mejores que con las que entró».

Su homólogo italiano, Mario Monti, expresó su confianza en que los Veintisiete alcancen un acuerdo a comienzos de 2013, aunque señaló que su país «no aceptará una mayor reducción».

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