Los partidos catalanes esperan el veredicto de las urnas tras una intensa campaña
Tras dos semanas de agotadora campaña, los partidos celebraron ayer sus actos finales a la espera del resultado que arrojen mañana las urnas. CiU se erigió como vencedor anticipado en un multitudinario mitin en el Palau Sant Jordi, donde Mas reclamó el voto para conseguir el Estado propio.
Beñat ZALDUA | BARCELONA
«Somos un pueblo demasiado acostumbrado al gusto de la derrota; ahora queremos probar el de la victoria». Un Artur Mas cansado pero pletórico finalizó así su discurso en el mitin final de la campaña, ante los 18.000 simpatizantes que, según los organizadores, llenaron las gradas del siempre imponente Palau Sant Jordi, repleto para la ocasión de senyeras, esteladas y banderas europeas.
Mas se sabe vencedor. De hecho, la pregunta no es si ganará o no, sino si conseguirá la mayoría absoluta. Como lleva haciéndolo durante toda la campaña, el candidato a la reelección volvió a pedir ayer dicha mayoría excepcional para garantizar «que este pueblo pueda decidir, en los próximos cuatro años, el futuro que quiere». De lo contrario, según Mas, todo será más difícil. Algo que el resto de partidos interpreta como un cheque en blanco para CiU.
Las encuestas publicadas el pasado fin de semana alejaban a Mas de dicha mayoría absoluta, después de que los desahucios y la huelga general pusiesen en primer plano el debate social. También después de que el diario «El Mundo» sembrase las dudas acusando a Mas, Pujol y otros dirigentes convergentes de corrupción. Unas acusaciones que han perdido fuelle durante los dos últimos días y que Mas utilizó ayer para acusar a los poderes del Estado español de practicar el «juego sucio» y difundir «calumnias, mentiras y falsedades» para doblegar «la voluntad del pueblo».
«El Estado es una cloaca»
El líder de CiU en el Congreso, Josep Duran i Lleida -un día más recibido al grito de «independencia»- fue más allá y señaló que el problema «no son las cloacas del Estado, sino que el Estado es una cloaca».
Esta vuelta de tortilla de acusado a acusador ha permitido a Artur Mas remontar el vuelo durante los últimos días y volver a poner el cara a cara entre Catalunya y España como eje monotemático de la campaña. Una dialéctica que le permite a Mas erigirse como único defensor válido de Catalunya frente a las ofensivas españolas. «La confrontación será más dura a partir del 25 de noviembre; si no lo es, será porque no conseguimos el resultado que necesitamos», declaró durante su discurso en el mitin de cierre de campaña.
El expresident Jordi Pujol, que ejerció de telonero de Mas y Duran i Lleida, aprovechó para criticar la «poca formación histórica» de sus adversarios, frente a los que puso el ejemplo de Calvo Sotelo, de quien recuperó algunas palabras: «En Catalunya nunca habrá tiros, pero democráticamente son capaces de poner al Estado español contra la pared».
Desde el PP, Alicia Sánchez Camacho, aseguró que el Gobierno español no tendría ningún problema en aplicar el artículo 155 de la Constitución y suspender la autonomía de Catalunya si se hace «un referéndum ilegal».
Girona, Seu d'Urgell, Bisbal de l'Emporda, Barcelona... Después de llenar el pasado fin de semana el Teatre Musical de Barcelona con más de 2.000 personas, la Candidatura d'Unitat Popular-Alternativa d'Esquerres decidió optar por un cierre de campaña descentralizado, multiplicando los actos en diferentes puntos del territorio. Un fin de campaña marcado por la ilusión y la esperanza generada por la primera participación de la Esquerra Independentista en unas elecciones parlamentarias, en la que cuentan con serias posibilidades de entrar en el Parlament e, incluso, conseguir grupo parlamentario propio.
Por su parte, ERC celebró su último mitin de campaña en Girona, donde su candidato, Oriol Junqueras, aseguró que «un buen resultado de ERC abrirá la esperanza de este país para culminar el proceso hacia la independencia». «Todos son imprescindibles para crear un nuevo Estado independiente», aseguró el líder de los republicanos, que según apuntan las últimas encuestas publicadas, podría mejorar notablemente sus 10 diputados actuales y tendría opciones de disputar la segunda plaza al PSC y el PP. B.Z.
Pese a los malos resultados que le auguran las encuestas, el PSC se aferró hasta el último día al federalismo, que ha querido presentar como «alternativa sensata» al centralismo del PP y el soberanismo de CiU.
