Ridículo del Caja Laboral Baskonia en la cancha del Zalgiris Kaunas
Dios nos asista como esto no haya sido tocar fondo
Zan Tabak vivió el peor estreno imaginable en el banquillo gasteiztarra. Popovic dio un clínic de juego.
ZALGIRIS KAUNAS 82
CAJA LABORAL BASKONIA 45
Arnaitz GORRITI
A día de hoy, el Caja Laboral Baskonia precisa de poco menos que un milagro para acceder al Top 16 de la Euroliga, después de caer de forma bochornosa ante un muy buen Zalgiris Kaunas. A día de hoy, muy pocos envidian a Zan Tabak, responsable de enderezar la trayectoria de un equipo absolutamente hundido, sobre todo a nivel mental. A día de hoy, el Baskonia ha tocado fondo. Y si ha tocado fondo, ni tan mal, porque entonces al menos se sabe que el equipo debe ir para arriba. Porque como esto no haya supuesto tocar fondo, que Dios nos asista...
Pero el «Día D» para competir en la Euroliga era ayer. «No hay excusas para no competir», declaraba en la previa el propio Zan Tabak. Y no hubo excusas, pero tampoco energía, ni acierto, ni tensión, ni rebote -los de Joan Plaza camparon a sus anchas bajo la canasta gasteiztarra. Lograron ¡23! rebotes en ataque, el mismo número de rechaces que, en total, capturarían los gasteiztarras-, ni fluidez, ni claridad de ideas -Tabak apostó por Heurtel y Rochestie para el puesto de base, dando entrada a Cabezas con un inapelable 55-28 en el luminoso-, ni orgullo, ni carácter... ni nada. Absolutamente nada.
Por no haber, no hubo ni partido. A partir del segundo cuarto, la escuadra lituana dio un recital para deleite de los incondicionales del Zalgirio Arena, que acabarían haciendo la ola y silbando al Baskonia -mal asunto cuando los rivales te silban denunciando tu escaso nivel de juego-. Los de Joan Plaza, que venían de acumular un par de derrotas y de que las dudas sobrevolaran sus cabezas, se aseguraron el pase al Top 16 tras darse un homenaje en toda regla ante los suyos, con Petar Popovic abusando, literalmente, de un rival muerto.
Del abuso de los triples a la nada
Las apuestas que realizó Tabak salieron mal. Todas. Apostó por Heurtel y Rochestie como pareja de bases, elección totalmente legítima, pero con el francés solo se jugó a la que saliera del lanzamiento triple -y menos mal que Nocioni y Causeur clavaron algunos de ellos-, y con el norteamericano-montenegrino... pues ni eso. Con Rochestie en pista, los lituanos apretaron la presión sobre el base y a este se le fundieron los plomos. Con un parcial de 21-9, Zalgiris Kaunas ganaba 43-24 al descanso.
Nocioni acumulaba faltas e ira, golpeándose con impotencia ante la realidad. San Emeterio lanzaba y erraba. Pleiss ofrecía detalles, como un mate o un tiro a tabla de media distancia, pero no cerraba el rebote -el señor Lamonica dirigió un arbitraje con disparidad de criterios, por otro lado, aunque no sirva de excusa-. Causeur daba chispazos y nada más. Oleson, Lampe, Milko Bjelica... ni chispazos.
Con 55-28, Tabak dio entrada a Cabezas, y al menos la defensa mejoró en intensidad. Pero el ataque no, y ya la falta de tensión hizo que se acumularan pérdidas tontas -hasta 21-, ante un Zalgirio Arena que silbaba al Baskonia por vergüenza ajena.
Zan Tabak le echó valor a su primer análisis tras un partido. El entrenador baskonista fue franco y claro. «El equipo está anímicamente tan mal, que a la primera resistencia, se cae mentalmente».
«Ha sido una derrota muy dolorosa. Los jugadores se han hundido cuando se han topado con la primera resistencia. Necesitamos trabajar de cara al futuro para poder responder anímicamente. Además, no hemos sabido responder físicamente al Zalgiris», confesó.
Las cuestiones técnicas o tácticas -los 19 triples intendados por los 24 tiros de dos, o las presiones defensivas tras tiro libre que se ensayaron- quedaron para otro día. «Los jugadores han empezado a responder a la propuesta física del rival, pero como de moral están muy mal, al primer problema se ha hundido», insistía el preparador croata.
«Hay que ser crítico con uno mismo y buscar las soluciones. Nadie está diciendo que no vayamos a intentar ganar el próximo partido. Necesitamos encontrar la manera de animar a los jugadores para que el equipo vuelva a jugar como siempre lo ha hecho», remachó. A. G.