DERBI EN ANOETA
Montanier estima que faltó chispa frente a la presión
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
Ya advirtió Philippe Montanier el pasado lunes, nada más terminar la goleada contra el Rayo Vallecano, que el estilo de Osasuna es muy diferente al de los madrileños. A ello cabe sumar la precaria situación clasificatoria de los navarros, que no están para florituras. La suma de ambos factores trabó el juego de la Real y le impidió sumar su tercera victoria consecutiva
En la grada, con nutrida presencia de seguidores de rojillos, la parroquia blanquiazul se daba cuenta de las dificultades que estaba presentando el envite y empujaba a los suyos con el anhelo de dormir en posiciones europeas. Al final del choque la resignación fue la tónica dominante, a la espera de mayores alegrías el martes frente al Córboba. Será el tercer choque seguido de los donostiarras en su feudo de Amara.
En la sala de prensa de Anoeta, Montanier arrancaba su comparecencia comentando que el discurrir del choque se había desarrollado según el guión previsto previamente. «Ha sido un partido complicado, Osasuna está en una buena dinámica, tiene una buena defensa, con buena presión sobre el poseedor, muchos parones, muy complicado, cerrado. Jugamos contra un equipo sólido y difícil».
A su juicio, el juego de los suyos fue mejor durante los segundos 45 minutos, en los que faltó eficacia. Preguntado por la posible falta de frescura, recordó que sus jugadores habían tenido «dos días menos de recuperación» que los rojillos. «No es una excusa, pero sí un parámetro importante. Necesitábamos chispa para marcar la diferencia. Luchamos hasta el final para ganar, de hecho tuvimos las últimas ocasiones».
Para el técnico, la igualada supone «una pequeña decepción, teníamos muchas ganas de sumar tres victorias consecutivas. Cada punto es importante, pero queríamos los tres».
En cuanto a la afición, asumió también ese punto de decepción porque se palpaba «mucha ilusión, aunque sabía que era complicado. Tenemos una buena dinámica, con 7 puntos sobre 9. Ahora tenemos ilusión por la Copa», un torneo en el que la parroquia blanquiazul suma varapalo tras varapalo.
La tarjeta amarilla que Velasco Carballo mostró a Illarramendi en el minuto 27 es la quinta de esta temporada, por lo que el centrocampista de Mutriku no podrá jugar el próximo choque liguero, que será en el campo del Valencia el próximo sábado a partir de las 18.00.
No habrá jornada de descanso para los blanquiazules, que hoy al mediodía comienzan a preparar en Zubieta la vuelta de la eliminatoria copera ante el Córdoba. El partido, en el que los donostiarras tratarán de remontar el 2-0 de la ida, comenzará el martes a las 19.30 en Anoeta.