Morsi responde a las protestas llamando a votar la Constitución
La Asamblea Constituyente, dominada por el islamismo político -mayoritario- y boicoteada por liberales y otros grupos, votaba ayer los artículos del borrador constitucional. La Sharia mantiene el peso como fuente, no única, de la ley que regía bajo el régimen de Mubarak. El presidente, Mohamed Morsi, insiste en que su atribución de poderes especiales culminará en cuanto el texto sea aprobado en referéndum.
GARA |
La Asamblea Constituyente egipcia votaba ayer, uno por uno, los 234 artículos de la propuesta de Carta Magna, que será sometida en un plazo de dos semanas a referéndum.
La reunión tenía lugar en el Consejo de la Shura (Cámara Alta), rodeado por un fuerte despliegue policial mientras se registraban enfrentamientos esporádicos con pequeños grupos de manifestantes.
El presidente de la Asamblea, Hosam al-Gariani, dio inicio a la sesión después de que la Comisión Constitucional completara la redacción de todos los artículos. Uno de los últimos, el artículo 2, conserva la referencia a los principios de la Sharia (ley islámica) como «la principal fuente de la legislación».
Esta formulación era la que estaba vigente en la Ley Fundamental del régimen del derrocado Mubarak y generaba, por lo menos hasta ahora, consenso en Egipto al no estipular que la Sharia es la fuente única legal.
Los salafistas, segunda fuerza en el país tras los Hermanos Musulmanes, exigían una referencia más concreta y vinculante. Por contra, los liberales y la iglesia copta ortodoxa (cristianos) insistían en no ir más allá de la antigua formulación.
Al-Gariani aseguró que en la previsiblemente larga votación participaban 85 de un total de 100 miembros, entre ellos 11 reservas que reemplazaron a otros tantos integrantes «que superaron el número de ausencias sin dar una razón». Lo cierto es que destacaban las ausencias de representantes liberales y laicos.
Medios de las minorías liberal y cristiana advirtieron de que, más allá del artículo genérico sobre la Sharia, otras disposiciones que se iban a someter a votación podrían permitir ampliar el ámbito de aplicación futuro de la ley islámica.
Los estatutos internos de la Asamblea establecen que cada uno de los artículos debe ser aprobado por dos tercios (67 miembros). En caso de no alcanzar esa cifra, debería celebrarse al día siguiente otra votación en la que bastaría el 57% de votos. Si no se lograran, el artículo en cuestión se eliminaría de la futura Constitución.
Según un borrador presentado hace semanas, el proyecto constitucional, que deberá ser firmado por el presidente, Mohamed Morsi, y sometido a referéndum en 15 días, instaurará un sistema semipresidencialista similar al francés y la descentralización territorial del país.
«Aprendemos a ser libres»
El presidente, que anunció para última hora de ayer un discurso a la nación televisado, declaró en entrevista concedida a la revista «Times», que «estamos aprendiendo. Aprendemos a ser libres. Nunca hemos conocido esto antes. Aprendemos a debatir, a tener visiones distintas. A convertirnos en mayoría o en minoría», insistió.
Morsi reiteró que su decisión de asumir poderes excepcionales es temporal. «Cuando tengamos una Constitución, todas las decisiones que he tomado en los últimos días quedarán invalidadas automáticamente».
Preguntado por su opinión en torno a los que le acusan de haberse convertido en un nuevo faraón, Morsi se muestra estupefacto. «¿Nuevo faraón? Como voy a serlo, cuando soy un presidente elegido por las urnas», pregunta. «Mi responsabilidad principal es mantener la nave nacional a flote durante este período de transición. Y no es fácil. Los egipcios estamos determinados a avanzar en el camino de la libertad y la democracia».
Varios grupos liberales, de izquierda y de otras corrientes acusaron ayer a Morsi de haber «superado a Mubarak intentando arrastrar al país a una guerra civil, de la que él será el único responsable» e imputaron a los Hermanos Musulmanes haber «robado la revolución».
La amalgama de revolucionarios, liberales y nostálgicos del antiguo régimen, ha convocado para hoy nuevas protestas en la Plaza Tahrir, escenario de una acampada, con el lema «Revoca o vete», dirigido a Morsi.