Las protestas de los últimos tres días en Siliana, una ciudad pobre del suroeste del país, han arrojado un saldo provisional de 300 heridos, que, según explicó un médico del hospital, presentan impactos de municiones, contusiones, fracturas y cortes. El miércoles, un corresponsal del canal France 24 y su colega tunecino fueron heridos de bala por disparos efectuados por la Policía, mientras que varías personas tuvieron que ser trasladadas a una clínica de Túnez capital con heridas en los ojos. El oftalmólogo Walid Mahjoubm del hospital Hedi Rayes declaró a los medios locales que al menos siete pacientes perderán la vista debido a los impactos de perdigones empleados por la Policía.

Los manifestantes exigen la puesta en libertad de las personas detenidas desde abril de 2011, la destitución del gobernador regional y mayores recursos para impulsar el desarrollo económico de esta región muy pobre. «Los habitantes de Siliana más afectados por la pobreza nunca se arrodillarán», declaró el secretario general de la instancia regional del influyente sindicato UGTT, Nejib Sebti. Advirtió que estas personas «están dispuestas a morir».

Según datos oficiales, las inversiones en la región de Siliana han disminuido un 44,5% y la creación de puestos de trabajo en un 66% entre enero y octubre de este año con respecto al mismo periodo del año pasado.

El Gobierno apela al diálogo

Ayer, las fuerzas de seguridad volvieron a lanzar gases lacrimógenos contra centenares de manifestantes que intentaron tomar una importante comisaría de Policía, en medio de neumáticos quemados y de disparos de advertencia.

El primer ministro tunecino, Hamadi Jebali, prometió crear una «comisión independiente para llegar hasta el fondo del asunto del por qué, cómo y quiénes son los responsables de la violencia».

Denunció también el uso de la violencia por parte de los manifestantes, a quienes advirtió que no lograrán el desarrollo económico que piden «en medio del caos» y que el Gobierno no permitirá «la destrucción de la democracia». «Tal vez nuestros esfuerzos en materia de desarrollo hayan sido insuficientes, pero no podremos mejorar la situación en este caos», insistió.

No obstante, en un intento por calmar los ánimos, incidió en que el diálogo es «el único método, junto al trabajo político pacífico y en el marco de las leyes», que puede hacer evolucionar la democracia.