El enviado de la ONU y la Liga Arabe para Siria, Lajdar Brahimi, pidió al Consejo de Seguridad que actúe ante la falta de voluntad de las partes enfrentadas en ese país para frenar el conflicto.

«Desafortunadamente, las partes no están dispuestas a una solución interna», afirmó tras reunirse con el Consejo de Seguridad, mientras en Siria se recrudecieron los combates, que llegaron hasta el Aeropuerto Internacional de Damasco.

Brahimi informó que el punto «esencial» que planteó a los quince miembros del Consejo es que «la situación en Siria es mala y está empeorando».

Recalcó que ya hay «elementos de un plan», que en general son los del llamado «comunicado de Ginebra» de la pasada primavera, que pide un alto el fuego, seguido de la formación de un gobierno de transición y la celebración de elecciones.

«Lo que se necesita de forma muy urgente es un alto el fuego que se mantenga. El pueblo sirio quiere un cambio, pero que sea real y no cosmético», subrayó.

Por su parte, el embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, criticó que algunos países del Consejo de Seguridad, a los que no citó, hablen abiertamente de armar a la oposición siria o la hayan reconocido como representante legítimo del país, en alusión al Estado francés, en lugar de promover la paz.

El representante sirio, Bachar Jaafari, criticó la falta de acción internacional ante el flujo de «terroristas de Al Qaeda».