Si Europa quiere aferrarse al euro, también debe aferrarse a Grecia. Y si se aferra a Grecia, también debe estar preparada para un agravamiento y para sus costos. Ese es el precio para poner nuevamente la moneda común en la senda de la estabilidad.

(...)El tiempo ofrece la última esperanza, y es por ello por lo que es casi negligente acusar a Alemania y a otros países acreedores de aplazar la insolvencia de Grecia. Los que abogan por declarar la insolvencia o una quita inmediata de la deuda deben explicar por qué sería mejor para Alemania empezar de nuevo, un nuevo punto de partida.

(...) No, el tiempo se ha convertido en moneda de sustitución en esta crisis. Comprar tiempo era la única manera de preparar los paquetes de ayuda, el pacto fiscal, la primera quita de la deuda griega y los paquetes para rescatar a Portugal e Irlanda. Solo el tiempo puede darnos esperanza para que otros países en crisis sean capaces de reformarse y convertirse en lo suficientemente competitivos para ayudar a financiar Grecia durante muchos años en el futuro. Alemania no puede hacerlo por sí misma.

(...) Las acusaciones de que el gobierno alemán está haciendo malabares con las tasas de interés para evitar una quita de deuda antes de las elecciones generales son un insulto a los votantes alemanes. La mayoría de ellos han comprendido desde hace tiempo que Grecia acabará costando a los contribuyentes alemanes un montón de dinero.