El idiota
«Criatura enigmática, raramente concebible por aquellos que vivían en los apretados territorios de lo previsible», según la autora, así designaban al idiota en épocas de soledades cruzadas, de héroes y redentores. Indaga en «ese inasumible humano» proponiendo un viaje reflexivo que va desde el estudio de la idiocia por parte de la psiquiatría positivista del sigloXIX hasta el arte actual a través de la película de Lars Von Trier «Los idiotas», la novela de F. Dostoievski «El idiota», adaptada al cine por Akira Kurosawa, o el film «La cena de los idiotas» de F. Veber. Concluye advirtiendo que aunque el idiota «nos parezca» algo extraño o ajeno, el infortunio o la decepción del viaje de «la nave de los locos» puede acabar a languidecer en uno mismo con su distorsionada imagen.
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