Análisis | proceso constituyente de Sortu
Cuatro apuntes de la Ponencia de Línea Política
La ponencia de Línea Política de Sortu pretende llevar al día a día las bases ideológicas del partido y en su desarrollo ofrece algunos apuntes que pueden ser interesantes para ir conociendo por dónde va a ir la actividad de esta formación.
Iñaki IRIONDO
Como si de un misil teledirigido se tratara, muchas de las miradas sobre la Ponencia de Línea Política de Sortu se centraron en la defensa que hace de la desobediencia civil y política, que define como «una herramienta de lucha contestataria y una alternativa para oponer al poder de los estados, el poder popular que defienda los intereses individuales y colectivos del Pueblo Vasco». Una herramienta que inserta en el marco de la «confrontación democrática» en la que basa la izquierda abertzale su nueva estrategia política.
A nadie se le oculta que en esta parte de Europa las estrategias de desobediencia civil son más fáciles de teorizar que de llevar a la práctica, por lo que Sortu tendrá en ese ámbito mucho trabajo que realizar.
Del Bloque Popular a la Alianza Nacional
La acumulación de fuerzas es una de las principales bases de la nueva estrategia de la izquierda abertzale, y así se recoge también en la ponencia de línea política. Sortu trata de establecer una sucesión de círculos concéntricos que, lógicamente, para ir creciendo en cantidad de componentes también amplía su diversidad ideológica.
En Sortu tienen cabida todos cuantos coinciden con los planteamientos de la resolución «Zutik Euskal Herria». A partir de ahí, un primer anillo lo conforman quienes ya han firmado la alianza estratégica nacional, es decir, EA, Aralar, Alternatiba y Abertzaleen Batasuna, con las consiguientes apuestas institucionales que eso ha conllevado.
Un anillo más amplio sería lo que Sortu define como Bloque Popular Independentista, que pretende sumar a esos partidos otros agentes sindicales y sociales que apuestan por «la plena soberanía de Euskal Herria» y que lo hacen desde una visión de izquierdas.
Ese bloque permitiría ascender un escalón más, «hacia la constitución de una futura Alianza Nacional interclasista para el reconocimiento y la implantación de un Estado vasco en Europa». La ponencia recoge que «ese Estado vasco no sería socialista, pero supondría un avance cualitativo en el camino de su constitución».
La definición de Pueblo Trabajador Vasco
Todo este proceso de cambio radical necesita un protagonista colectivo que lo impulse tanto en lo nacional como en lo social. Históricamente, para la izquierda abertzale ese sujeto revolucionario ha sido el Pueblo Trabajador Vasco.
Desde que este se definió por primera vez, los cambios sociales, políticos, económicos y culturales que ha tenido Euskal Herria han sido notables. En puertas de 2013, la ponencia de Sortu considera Pueblo Trabajador Vasco al conjunto de asalariados y asalariadas, los y las paradas, personas que trabajan en el hogar, jóvenes, universitarios, trabajadoras y trabajadores autónomos... que aspiran a la independencia y el socialismo.
Para Sortu, «conocer y reconocer esos cambios y su incidencia en la lucha de clases es fundamental para actualizar y dimensionar el nuevo concepto de PTV y su papel hegemónico en la lucha de liberación nacional y transformación social de Euskal Herria».
Sobre el PNV y la hegemonía
En el análisis que hace sobre la situación actual de Euskal Herria, la ponencia de línea política de Sortu aborda la cuestión de la hegemonía electoral y las necesidades de la normalización de este pueblo. Recoge que «aunque en ocasiones ha aparecido como tema central, la disputa de la hegemonía electoral no puede ser nuestro eje ni nuestro objetivo principal inmediato, ahora que estamos creando el motor y la fuerza decisiva para tirar del proceso político».
La ponencia establece que, evidentemente, Sortu pretende que la izquierda independentista llegue a ser mayoritaria electoralmente, porque eso le acerca a sus objetivos, y que ahí hay una disputa con el PNV. Pero, a la vez que rival electoral, el PNV debe ser también un aliado para hacer «el recorrido democrático». Por tanto, Sortu pretende establecer como base que los intentos de cada cual de sumar mayores apoyos políticos y electorales no retrasen el avance como pueblo. Y escribe que, frente al proceso de normalización, la hegemonía constituye un «objetivo secundario».
Elecciones a la vista en Nafarroa
La previsión de que tras las elecciones en la CAV se abría un tiempo de tranquilidad electoral que podía dar la serenidad necesaria para abordar otras cuestiones estructurales se ve rota por la previsión de que a corto plazo puede haber elecciones en Nafarroa.
Sortu entiende que cuando Yolanda Barcina se vea obligada a convocar elecciones no se estará asistiendo simplemente al final de una legislatura, sino al final de un ciclo político de treinta años en el que se demuestra que el Amejoramiento ya no da para más, como tampoco sirve el modelo económico tan ensalzado y que ahora acumula una deuda de casi 3.000 millones de euros.
Por lo tanto, esas elecciones se tienen que aprovechar también para hacer un cambio profundo. Sustituir UPN por PSN no sirve. Sortu entiende que se abre la posibilidad de fijar desde la izquierda y el abertzalismo el eje del cambio, y sostiene que, para ser eficaces, tienen que saber que en este terreno también Geroa Bai tendrá su lugar, por lo que «sería importante actuar como exige esta oportunidad histórica, para más adelante poder hacer a toda la izquierda una propuesta de cambio seria y adecuada».
La ponencia contempla un movimiento en dos fases. En un primer momento, conseguir que la consigna mayoritaria de «Barcina kanpora!» se haga realidad y la presidenta convoque elecciones. «El segundo paso sería -señala Sortu- acordar los contenidos del acuerdo básico para el cambio que pueda aglutinar a la mayoría social y político-institucional».
Estos son algunos puntos concretos que se recogen en la Ponencia de Línea Política de Sortu y que pueden dar una idea del camino que quiere recorrer.