El Ibex logró terminar por encima de los 7.900 puntos, después de haber intentado acercarse, aunque sin éxito, a los 8.000 puntos. Su subida, del 0,17%, contó con varios obstáculos. Para empezar, con la falta de acuerdo sobre el supervisor bancario único en el Ecofin se repetía la conocida sensación de desencuentro permanente en Europa, mientras que la salida mixta de Wall Street lastraba también las posibilidades de una mejor evolución por la tarde. Dentro del Estado español, además, se ponía de manifiesto la situación crítica de su economía, donde el desempleo no cesa de crecer pese a los continuos recortes de derechos en el ámbito laboral y el fin de la recesión no hace sino alejarse trimestre a trimestre. El cierre positivo del Ibex le llevó hasta los 7.902,40 puntos. Fráncfort y Londres sufrían leves cesiones, al tiempo que París (+0,39%) defendía parte del botín conseguido por la mañana. En el Ibex, Bankia (+6,43%) lideraba los avances en medio de ese torbellino de informaciones y rumores que diariamente le mantienen entre los protagonistas del mercado. Indra y OHL, que sumaron más de un 3%, le seguían en la lista de las subidas. Entre los grandes, Inditex (-2,84%) volvía a ser objeto de toma de beneficios, en tanto que el resto, con Iberdrola (+1,16%) a la cabeza, acabó al alza. En París, los bancos se colaron entre los mejores del día. En el lado positivo, Société Générale ganó un 2,04%, Crédit Agricole, un 2,03%, y BNP Paribas, un 1,32%. Por contra, las acciones de EDF (-2,27%) pagaron por el nuevo desvío en el presupuesto para la construcción del tercer reactor en la central nuclear de Flamanville.