Fillon y Copé reinician las discusiones para intentar solventar la crisis interna
François Fillon y Jean-François Copé reiniciaron ayer las discusiones para intentar encontrar una solución a la crisis sin precedentes desatada en la UMP tras las elecciones primarias. Ni la intermediación del expresidente Nicolas Sarkozy ha podido calmar las aguas.
GARA | PARÍS
Tras dos semanas de duras acusaciones en los medios de comunicación, François Fillon y Jean-François Copé, protagonistas principales de la crisis interna de la UMP, y los demás actores han tomado consciencia del alto coste que esta división le está generando a la formación. Tanto Fillon como Copé se declararon vencedores de las controvertidas elecciones celebradas el 19 de noviembre.
Ayer, reiniciaron las discusiones para decidir el día en que se celebrará el referéndum para que los militantes del principal partido de la derecha francesa digan si quieren que se repitan o no las primarias. Esta vía fue propuesta por Nicolas Sarkozy para impedir una escisión, una opción más que evidente. «Cualquier cosa es preferible a una escisión», remarcó Sarkozy, según señalaron a AFP fuentes cercana al ex líder de la UMP. Copé, presunto vencedor de las primarias, es partidario de convocar la consulta en 2014, tras las elecciones municipales. Sin embargo, Fillon, que denuncia haber sido víctima de un fraude masivo, quiere una votación temprana.
Como reflejo de la exasperación de los militantes, un grupo de diputados «no alineados» reclamó ayer una nueva votación para elegir al presidente del partido a principios de 2013 así como la organización de un congreso extraordinario.
Su cometido sería, según explicaron los exministros Bruno Le Maire y Nathalie Kosciusko-Morizet, «conferir a una constituyente la redifinición de los estatutos del partido y organizar elecciones para elegir al nuevo presidente el próximo año y primarias para 2016». Igualmente enfadado, Sarkozy, cuya retirada de la vida política tras su derrota en las elecciones es la causa de esta crisis de liderazgo, exigió a ambos contrincantes que alcancen una pronta solución. De lo contrario, amenazó con decir públicamente que tanto Fillon como Copé «no están cualificados» para dirigir a la derecha francesa.
Mientras tanto, cada bando sigue presionando sobre el otro. El grupo parlamentario disidente creado hace una semana por 70 partidarios de Fillon, Rassemblement-UMP, quedó ayer oficialmente constituido en la Asamblea Nacional, por lo que tiene derecho a participar en los debates y a hacer preguntas al Gobierno de François Hollande.
El grupo prometió que dejará de existir tan pronto como Copé acceda a repetir la votación.
El presidente del grupo parlamentario socialista, Bruno Le Roux, censuró que se utilice la Asamblea para dirimir diferencias internas.
El expresidente francés Nicolas Sarkozy amenazó con desautorizar a Jean-François Copé y François Fillon si no encuentran una solución al pulso que mantienen. Fijó el día de ayer como fecha tope para lograr un acuerdo.