El ex secretario general de ELA, José Elorrieta, presentó ayer en Bilbo, junto al líder actual del sindicato, Adolfo Muñoz, el responsable de la Fundación Manu Robles-Arangiz, Xabier Anza, y el editor de Txalaparta, Jon Jiménez, el libro «Renovación sindical. Una aproximación a la trayectoria de ELA». Es un resumen de la tesis doctoral que ha presentado en la universidad.

Aprovechó la ocasión para fijar las posiciones más importantes del sindicato desde la década de los noventa del siglo pasado, pero que «están vigentes» y que «supusieron cambios irreversibles». El ex secretario general de ELA,con una dialéctica que conserva y cuida, afirmó que pertenece «a la generación de ELA de Zumeta, la que elaboró uno de los primeros carteles de los congresos, tras 1976. Un Zumeta colorido, un sindicato colorido».

Recordó que entonces recogió «una nueva identidad: socialista, y garantizó la independencia ideológica». Lo que supuso desligarse del PNV, cuya vinculación era directa desde el nacimiento del embrión del sindicato.

Para analizar, desde un punto sociológico, la trayectoria del sindicato «desde dentro, pero ya estando fuera» ha estudiado la realidad sindical de Québec, Alemania, Italia y a diversos autores que plantean los modelos sindicales con un afán crítico, como elementos directos de contrapoder.

«La década de los noventa fue durísima, pero ELA abre una brecha y un punto de encuentro con LAB frente al Pacto de Ajuria Enea», precisó. Desde ahí, afirmó que ambos sindicatos son la fuerza del cambio en Euskal Herria y añadió que cree que es necesario profundizar en el entendimiento para llegar a otro puerto.

Dos cambios importantes

Para Elorrieta, ELA produjo dos cambios importantes. «Junto con el Gobierno vasco y la patronal, conformamos el Consejo de Relaciones Laborales, para teorizar precisamente en la negociación colectiva ante el riesgo político de centralización de la misma». Esa pretensión no se ha frenado «porque el modelo centralista se repite como la cebolla, cambian las formas, pero se repite». Así, Elorrieta declaró que «cuando vemos que el CRL no sirve, ELA abandona». La otra clave es que ELA se dio cuenta de que «el Estatuto de Gernika, al que consideramos una pieza clave inicial, no funciona. Es entonces cuando nos pronunciamos a favor de la soberanía. Es donde estamos».

A juicio de Elorrieta, la central sindical provocó los cambios porque «en el contexto global vemos un sindicalismo institucional» y en una etapa, «que termina en los años ochenta del fin del modelo europeo de la economía social, del estado del bienestar. Se entra en una fase neoliberal».

En ese contexto, Elorrieta confirmó que «el diálogo social no sirve. El neoliberalismo, ayer y hoy, no busca puntos de encuentro. Quiere todo. Busca la destrucción de lo colectivo».

El ex secretario general de ELA revela, además, que «en lo teórico no hay discrepancia entre los sindicatos en este aspecto, pero en la práctica sí». Porque «el diálogo social no sirve, porque no aporta esperanza de cambio», sino que «las organizaciones están cómodas porque les financia el Estado».

Elorrieta explicó así que ELA «se va a las empresas, allí donde está nuestra gente» y, sobre todo, insistió en que «no hay proceso soberanista sin construcción social».