anaitasuna Los de Etxaburu no le perdieron la cara a la eliminatoria
El Barcelona se lo tuvo que sudar
Los locales tuvieron varias opciones de meter el miedo a los culés, pero fallaron en los momentos decisivos y en apartados concretos.
ANAITASUNA 29
BARCELONA 33
Natxo MATXIN
Soñar no es caro y Anaitasuna bien pudo dormir plácidamente si hubiese estado un poco más acertado desde los siete metros y la portería, algo más entonada. Conciliarán el sueño en todo caso los pupilos de Etxaburu por tener la conciencia bien tranquila de que se dejaron la piel en la pista y el Barcelona no pudo especular, sino emplearse a fondo para salvar la eliminatoria, aunque también es cierto que los azulgrana siempre estuvieron por delante en el electrónico a partir del 2-2 que campeó en el marcador a los cinco minutos de iniciado el choque.
Y eso que, sin dejar de lado la posibilidad de una campanada, el técnico eibartarra se tomó el envite como un premio para los suyos, dando minutos a un buen número de juniors ante la ausencia de Bernatonis, Carvajal y Novelle. De todos ellos -Etxeberria, Kisselev y Gastón-, el primero fue quien demostró más desparpajo desde el extremo derecho, firmando tres goles de gran mérito.
Desde los primeros minutos, a la escuadra azulgrana ya le quedó claro que no iba a ser un paseo su visita a La Catedral. Etxaburu puso mucho énfasis entre semana en lo fácil que los catalanes se marchaban de sus rivales a las primeras de cambio para después dejarse llevar por la ventaja el resto del partido.
Los navarros no estaban dispuestos a que esto ocurriese en su pista y vendieron muy cara la piel. Cierto es que para el cuarto de hora, la brecha foránea ya se había ampliado a cuatro dianas -el margen en el que más minutos se movió el envite-, sobre todo por lo grande que comenzó a hacerse la figura de Arpad Sterbik y la rapidez con la que los de Xavi Pascual se movían por la cancha iruindarra.
Sin embargo, a base de coraje, los anfitriones aguantaron el tirón, incluso cuando las cosas se pusieron más feas, como en el 10-16 del minuto 28. En ese pequeño margen para el descanso, dos goles de penalti de Goñi repusieron a los blanquiverdes, que incluso encararon la segunda parte con superioridad de dos jugadores.
Cuestión de tirones
No fueron, en cualquier caso, capaces de aprovecharse de tal ventaja y el Barcelona, tirando de oficio y de estar muy acostumbrados a este tipo de intensos choques, volvieron a llevar las aguas a su cauce. La tranquilidad tampoco les duró mucho a los blaugranas, pues Anaitasuna volvió a acechar a dos (16-18) y fue en ese momento cuando algunas de las decisiones arbitrales -tres exclusiones casi seguidas de Latorre y Cristian, los bastiones defensivos locales- encendieron los ánimos de la parroquia.
El encuentro parecía inclinado definitivamente a falta de siete minutos para el final (23-29), pero un parcial local de 6-2 volvió a meter a los anfitriones (29-31) en la pelea, aunque la empresa se tornó harto complicada. Era necesario robar un balón en el último minuto y meter el miedo en el cuerpo a los culés quienes, sin embargo, no solo no fallaron, sino que anotaron otras dos dianas para certificar el resultado final y su pase.