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SEMINARIO SOBRE RESOLUCIÓN DEL CONFLICTO EN BAIONA

Determinados a quebrar el veto de París y Madrid y a trabajar por la paz

La mesa redonda que reunio a los políticos de Ipar Euskal Herria que participaron en Aiete levantó expectación porque, aparte de algunas comparecencias más protocolarias, era la primera vez que departían públicamente sobre este tema.

Arantxa MANTEROLA

De hecho todos agradecieron la ocasión brindada por los organizadores del Foro antes de contestar a la pregunta respecto a los motivos que llevaron a cada cual a acudir a Aiete. Entre las respuestas destacó la de la senadora del PS Frédérique Espagnac que dijo que se había «autoinvitado» porque no concebía que no hubiese nadie de su partido.

Se trataba, sobre todo, de analizar el papel del Estado francés en el conflicto y en su resolución. Todos convinieron en que, a pesar del escapismo del que hace gala, París está totalmente involucrado en dicho conflicto porque, «además de que las consecuencias del conflicto armado se han sentido y siguen sintiéndose en su territorio y de que aplica la represión», como apuntó Jakes Borthairu (AB), «es también causa del propio conflicto porque niega el reconocimiento de Ipar Euskal Herria, de su lengua y de su especificidad» según Xabi Larralde (Batasuna). Respecto a la reivindicación institucional, la demanda de colectividad territorial propia formulada recientemente al Gobierno para que la incluya en el debate sobre la descentralización fue mencionada frecuentemente.

Paradigma vasco

Se destacó la unanimidad conseguida entre los electos de diverso signo sobre el proyecto a presentar a París, lo que consideran un «paradigma» de funcionamiento político, reflejo asimismo de una forma específica de hacer las cosas. «En París nunca se aparcan las diferencias políticas. Nosotros hemos demostrado nuestra capacidad de hacerlo y de consensuar un proyecto», manifestó el consejero general de UMP Max Brisson antes de recalcar la dificultad que tienen en París para comprender este proceder conjunto. Reconociendo la evolución que él mismo y otros compañeros de partido han tenido estos últimos años, culpó «a la fuerza del aparato del Estado y a la importante cultura jacobina» de la cerrazón respecto a la situación vasca. «Creo que convencer a los aparatos de la Administración es, incluso, más difícil que convencer a los políticos», apostilló.

Una afirmación que fue complementada por otros intervinientes como la propia Espagnac, que incidió en que «aunque los gobiernos cambien de color político, el Estado sigue cerrando puertas a Aiete o a la colectividad territorial», algo que «lamenta» máxime ahora que su partido está en el Gobierno.

El portavoz de EE-Les Verts, Jean Lissar, puso el acento en la actitud de París, a quien achacó ser «una subcontrata» del Gobierno español por su seguidismo. Tanto él como Larralde, Borthairu y Espagnac insistieron en que el Gobierno francés cuenta con instrumentos «sin cambiar las normas de la República que pueden jugar un rol muy positivo para hacer avanzar el proceso». Entre ellos, hicieron especial hincapié en los que le permiten cambiar la política penitenciaria. El presidente del Consejo de Electos, Jean-Jacques Laserre, insistió en la necesidad de «concienciar y explicar a la sociedad sobre el deber colectivo para avanzar en el proceso de paz».

En sus conclusiones todos quisieron despejar el fantasma del bloqueo y la eventual frustración que puede generar el inmobilismo de los gobiernos y se declararon prestos a seguir trabajando con «discreción, paciencia y perseverancia» y apelaron y agradecieron la ayuda de los mediadores. Larralde subrayó que la izquierda abertzale se ha planteado como «una obligación el llevar hasta el final el proceso de resolución» y Borthairu incidió en que hay razones para ser optimistas y en seguir adelante «porque tenemos a la historia llamando a nuestra puerta».

Declaración solemne

La declaración que Kotte Ezenarro (PS), acompañado de Jean-René Etchegaray (MoDem), leyó al final del debate en nombre de los participantes en Aiete, confirmó esa disposición positiva. En ella, reiteran su adhesión a los cuatro puntos de la Declaración de Aiete.

Dado que el primero fue respondido positivamente por ETA, estiman que es muy importante avanzar, «en particular en los aspectos ligados a las consecuencias del conflicto». Por ello, declaran su intención de hacer efectivo el cuarto punto y abordar con los agentes políticos participantes en Aiete «un diálogo sobre las cuestiones que pueden favorecer el avance del proceso de paz».

Entre los elementos centrales a debate señalan la «necesidad del diálogo entre los gobiernos español y francés y ETA sobre el desarme y las consecuencias del conflicto», el «reconocimiento de todas las víctimas», «la aplicación de procedimientos jurídicos como la euroorden» y la situación de los presos y exiliados. La Declaración finaliza afirmando la necesidad de un «diálogo a escala del conjunto de Euskal Herria que debería contar con la ayuda de los mediadores internacionales».

 

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