Los días 23 y 27 de noviembre los y las pensionistas de Euskal Herria salimos a la calle en defensa del derecho a actualizar nuestras pensiones con el Indice de Precios al Consumo, que recoge la propia legislación española (Ley General de la Seguridad Social, artículo 48), y que no se aplica en los últimos años. Ni Zapatero-Rubalcaba ni Rajoy cumplen con los pensionistas.

Nuestra protesta en la calle denunciaba el estado de dramática precariedad en que se encuentran más de 400.000 pensionistas de Alava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, con pensiones inferiores a 700 euros, y reclamábamos la aplicación de unas pensiones no inferiores a los 1.000 euros, como base mínima para desarrollar una vida digna.

Dice la ministra llamada Fátima que con la aplicación de una subida del 1 y 2 % el Estado hace un ejercicio de responsabilidad. Desde luego no con los y las pensionistas, sobre todo cuando inyecta miles de millones de euros a la Banca cuya responsabilidad en la crisis es manifiesta.

Lo positivo de nuestra movilización, está claro, ha removido muchas conciencias de forma manifestada en los medios de comunicación, ha obligado a otros que no se movían nunca a salir a la calle, y aunque no hemos hecho retroceder las decisiones tomadas por decreto, sí hemos abierto el camino para futuras conquistas más palpables y realistas. La movilización social de las personas pensionistas es una herramienta imprescindible para evitar que nos lleven a una situación peor de la que tenemos, y avanzar en nuevos derechos.

Son especialmente graves las consecuencias del copago farmacéutico; quienes no podemos pagar los medicamentos que a diario necesitamos para mantener nuestra salud por medio de remedios paliativos (ya que hay muchas enfermedades crónicas que solo de esta forma son soportables), nos vemos avocados y avocadas a dejar de tomarlas. Las consecuencias se cargarán sobre las personas que comparten nuestras vidas, añadiremos un problema social a los ya existentes: pongamos por caso, las personas esquizofrénicas sin medicación, las enfermas de sida, los tratamientos oncológicos... ¿Qué esponja social absorberá las consecuencias derivadas de esta situación?

Estamos en un suma y sigue por parte de los gobiernos; el central y los autonómicos manifiestan la voluntad de aplicar nuevos y más duros recortes. Por parte de las personas pensionistas estamos en disposición de seguir luchando por la defensa de nuestros intereses. El pulso lo tenemos que ganar los pensionistas, oponiéndonos a la pérdida de derechos, organizando nuevas protestas, saliendo a la calle cada vez en mayor cantidad.

Aquí y ahora, tenemos que levantar un muro de resistencia para impedir que se nos sigan aplicando más recortes. Las pensiones altas y bajas, las personas viudas, la orfandad sin recursos, las personas declaradas incapaces para desarrollar un trabajo habitual como consecuencia de accidentes sufridos, por enfermedades sobrevenidas o de origen congénito... Todo el colectivo, estamos interesados en mantener una vida digna y estamos llamados en esta especial coyuntura a responder con la movilización a las agresiones que se nos hacen desde los gobiernos. Es nuestra responsabilidad tejer una red de empatías, colaboraciones, movilizaciones conjuntas...

Pensionistas, marquemos nuestro territorio, defendamos lo nuestro, hemos creado con nuestro trabajo riqueza suficiente como para tener derecho a una pensión digna, la «Caja Unica» está marcada y trucada, por lo que reclamamos la gestión de nuestras pensiones aquí, en Euskal Herria, reclamamos un Sistema de Protección Social y Salud público y de calidad, no al copago de medicamentos y servicios sanitarios, pensión completa a la viudedad... Hagamos posible nuevas movilizaciones con más fuerza, por estos objetivos.

Las Plataformas de Pensionistas creadas en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa son herramientas para la defensa de los intereses de las personas pensionistas, organismos de participación y movilización plural, no somos ajenos al territorio donde hemos trabajado, cotizado y vivimos, por lo que deseamos decidir aquí la mejor forma de defender nuestras pensiones, nuestra sanidad, nuestro sistema de protección social...

(*) También firman este artículo: Joseba González (Pentsionistak Martxan, Bizkaia); Xabier Etxeberria (Plataforma de Pensionistas Duintasuna, Gipuzkoa); y Mikel Sangalo (Pentsionistak Martxan, Nafarroa.