Queda mucho todavía, pero para un equipo como Lagun Aro GBC, que sigue sin poder sumar, que la salvación esté a dos victorias es tener que salvar un abismo. Los chicos de Sito Alonso volvieron a caer, esta vez ante un Cajasol que confirma su mejoría, gracias al partidazo de Satoransky, con ayuda de un buen Luka Bogdanovic.

Los vampiros chupan la sangre, y así pareció hacer el base checo: 16 puntos, 7 asistencias y 5 rebotes, llevando el tempo y el ritmo ante un Lagun Aro GBC incapaz de sostener porcentajes dignos de sí mismo -22 de 54 en tiros de campo, y 9 de 16 en tiros libres-, y rematando la jugada a base de perder 24 balones -solo 10 robos de Cajasol, de modo que otras 14 posesiones se fueron al limbo, sin más-.

Pelear para casi nada

Y aun así, a pesar de perder en los cuatro cuartos, los donostiarras jamás dejaron de pelear. Fruto de esa brega fue que tanto Raúl Neto como Guillem Rubio cerraron el segundo y el tercer período respectivamente con sendos triples sobre la bocina.

Merced a esa pelea incesante, Lagun Aro GBC supo limar una desventaja que llegó a los 21 puntos, 55-34, hasta que hubiese un poco de esperanza en el horizonte: 62-54 mediado el último período, gracias ante todo a Rubio y David Doblas.

Pero el pívot cántabro sería expulsado al ver su segunda falta antideportiva. Los pupilos de Aíto García Reneses volverían a abrir brecha y, como ante Gran Canaria hace ocho días, Gipuzkoa Basket bajó los brazos.

El miércoles llega un CAI Zaragoza confiado a Illunbe: un rival que debe servir para que empiece la reacción guipuzcoana.