El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, condenó ayer, en el discurso de apertura de la LIII Conferencia Nacional del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC), la violencia, la corrupción y los sobornos en el país y en el partido. Zuma, que abogó por «sanar el partido», censuró a los afiliados que recurren a la violencia para solventar sus problemas, condenó la muerte de miembros del ANC y la compra de apoyos para su partido. Tanto Zuma como sus aliados han sido acusados en el pasado de corrupción, favoritismo y de tendencias violentas.