Oriol Paulo es el guionista de «Los ojos de Julia», que funcionó muy bien en el mercado interior, por lo que tarde o temprano tenía que debutar en el cine de suspense. Lo hace acogiéndose a la influencia del maestro Hitchcock, con escena-homenaje incluida a «Sospecha». Juega con la ventaja de que esa actualización permite giros argumentales forzados, algo que a los clásicos les estaba totalmente prohibido.

Quienes vieron «El cuerpo» en Sitges expresaron la impresión generalizada de que la trama estaba construida en función del final sorpresa, y que los flash-backs que vertebran la narración están dispuestos para asegurar el coprotagonismo de la estelar Belán Rueda, más allá del papel de difunta que le toca en suerte.

Ella es el objeto de la discordia, el cadáver recalcitrante que el policía interpretado por un transformado José Coronado ha de buscar, investigando en la relación que mantuvo en vida con el marido al que presta su imagen de galán Hugo Silva.