El primer ministro italiano, Mario Monti, se prepara, según la opinión prácticamente unánime de los comentaristas, para entrar en la política a través del apoyo directo de una vasta coalición de formaciones centristas y alejado del partido de su predecesor, Silvio Berlusconi, con el objetivo de influir en la acción del Gobierno que salga de las urnas en febrero y en el que podría repetir cargo.

El diario «La Repubblica» señalaba ayer que el anuncio oficial de su decisión era cuestión de horas, tras formalizar su dimisión ante el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, decisión que anunció el pasado 8 de diciembre.

Con el paso de las horas parecía todavía más cercano ese anuncio después de que el Senado aprobara ayer la Ley de Presupuestos, que será ratificada hoy o, como muy tarde, mañana por la Cámara de Diputados, lo que agilizaba la formalización de su renuncia.

Para blindar el texto y agilizar la votación ante el elevado número de enmiendas, al igual que en el Senado, el Ejecutivo italiano ha planteado una cuestión de confianza sobre el mismo.

Se desconoce si Monti, que en calidad de senador vitalicio no puede ser candidato al Parlamento pero sí propuesto para el cargo de primer ministro, comparecerá inmediatamente después de aprobadas las Cuentas Públicas o esperará unos días, pero el domingo podría ofrecer la tradicional rueda de prensa de fin de año y desvelar su futuro.

Según este diario e «Il Corriere della Sera», considerado próximo al excomisario europeo, Monti pretende presentarse como candidato a la Jefatura del Gobierno con el apoyo de una única lista en el Senado y de al menos tres listas en la Cámara Baja. Estos tres partidos son Futuro y Libertad para Italia, del exaliado de Berlusconi y presidente de la Cámara Baja, Gianfranco Fini; la Unión de Democristianos y de Centro de Pier Ferdinando Casini, e Italia Futura de Luca Cordero di Montezemolo.

Ambos diarios tampoco descartan, aunque «Il Corriere della Sera» se muestra más cauto, que Monti haya tomado ya una decisión, y que también le apoyen destacados miembros del Pueblo de la Libertad de Berlusconi que puedan abandonar la formación.

Eso sí, coinciden en que Monti ha transmitido a los líderes centristas que le apoyan que no participará en mítines. Pero prepara, según «Il Corriere della Sera», un programa electoral que incluye «reformas capaces de marcar una época» y «liberalizaciones mucho más profundas que realizadas hasta ahora»,.

Así, Monti podría repetir en el cargo de primer ministro si el centro, al que las encuestan auguran hasta un 15% de apoyo, logra la hazaña de ganar las elecciones, en las que el favorito sigue siendo el Partido Demócrata de Pierluigi Bersani (30%-35%), que se ha comprometido a mantener las políticas del actual Gobierno, incluyendo medidas a favor del empleo y la equidad.

Si el centroizquierda no logra hacerse con la mayoría absoluta en ambas cámaras podría ser necesaria una alianza entre Bersani y Monti.

Nuevo enfrentamiento

Ayer, el primer ministro y su predecesor, Silvio Berlusconi, tuvieron un nuevo enfrentamiento en torno a la situación económica. En una visita a la planta de Fiat en Melfi, donde defendió sus medidas de austeridad, Monti aseguró que las reformas aplicadas para encarrilar Italia son solo «el principio» y dijo que queda mucho por hacer.

«Hace tres meses Italia tenía fiebre alta y no bastaba con una aspirina, sino una medicina amarga difícil de digerir, pero absolutamente necesaria para extirpar la enfermedad», mantuvo, y agregó que «sería irresponsable arruinar todos los sacrificios hechos por los italianos, so pretexto de sumirlos de nuevo en un estado paradisíaco».

Berlusconi insistió en sus críticas al Gobierno tecnócrata de Monti y reiteró la necesidad de «cambiar totalmente» sus políticas, porque, a su juicio, «las políticas de austeridad conducen a la recesión».