La violación en grupo de una estudiante universitaria de 23 años en un autobús urbano de Nueva Delhi el domingo por la noche ha provocado una ola de indignación y una cascada de condenas políticas. Pese a ello, los grupos de defensa de los derechos de las mujeres denuncian la misoginia que sigue imperando en una sociedad regida por los hombres. Según estadísticas oficiales, cada veinte minutos una mujer es violada en India, donde a menudo la propia víctima es vista como la responsable de la agresión sexual.

«Nuestras calles son el reflejo de una misoginia extrema. Las mujeres son tratadas como mero objetos, siendo acosadas y hasta violadas sin que nadie responda por ello», resaltó Brinda Karat, parlamentaria del Partido Comunista. Según la Oficina Nacional de Delincuencia, de los 256.329 crímenes cometidos en 2011, 228.650 lo fueron contra mujeres. En opinión de activistas, estas cifras son consecuencia directa de la incapacidad de las autoridades para luchar contra una cultura en la que el acoso sexual es considerado como un juego sin consecuencias.

La Policía india ha recibido fuertes críticas por su falta de diligencia ante las denuncias de las pocas mujeres que se atreven a romper su silencio.

En un artículo publicado este mismo mes en la revista «Tehelka», una víctima de violación narra el calvario sufrido -además de ser violada fue golpeada- y el trato irrespetuoso por parte de los jueces, que le preguntaron acerca de los pantalones vaqueros que llevaba puestos el día de su violación y si vestía ropa interior «provocativa». Aunque la legislación india establece que se debe proteger la imagen de las víctimas de violación, el tribunal no habilitó ningún mecanismo de protección durante su comparecencia. Esta joven denuncia, además, que su familia recibió amenazas telefónicas tras el juicio. Tres años después, el autor ha sido absuelto.

«La violación no es un delito como otro cualquiera. Debemos vivir con nuestro cuerpo violado, con el recuerdo de lo vivido y con la impotencia que genera», concluye en el reportaje.

«Hoy en día se libra una batalla entre una mentalidad patriarcal violenta y un aumento del número de mujeres con mayores responsabilidades en la India urbana», destaca Hindol Sengupta, cofundador de la organización caritativa Whypoll.